Su vertiginosa carrera ha marcado la manera de ver, sentir y disfrutar la música pop y ha pulverizado cualquier teoría de los entendidos en la materia, en la sociología musical y las tribus urbanas. Como sin querer, Camela llegó un día para quedarse, como abanderados de una música auténtica hecha desde el corazón, música del pueblo y para el pueblo. Y 25 años después de su fundación siguen ahí, en lo más alto.