Viene siendo la tónica habitual en las colas de los cines cuando se estrena una nueva película de Marvel o DC: que el público tenga, en su mayoría, más de 35 años. Adultos en los salones del cómic; adultos que coleccionan recuerdos de las que fueron sus aficiones infantiles (hay todo un mercado únicamente dirigido a todo esto); adultos que esperan el estreno de la última de Batman, comentan y debaten la trascendencia de la película. Adultos que buscan, en muchas ocasiones, una vía donde evadirse del trajín contemporáneo. Esto se ha visto reflejado no solo en la edad media del consumidor en taquilla (ya no son niños acompañados) sino también en el propio contenido de las películas de superhéroes (guiones pero también remakes, rescate de personajes olvidados...), envueltas aún en el celofán reconfortante de nuestra infancia más despreocupada, pero con guiños y dejes constantes al público “maduro”, consumidor y público objetivo principal del cómic y el superhéroe actual.

Alan Moore, quien revolucionaría en parte todo esto a partir de obras (estas sí), adultas, como Watchmen o V de Vendetta, ha cargado contra los “niños grandes” fanáticos del cómic de superhéroes en unas declaraciones muy en su línea por lo duras y, también, por lo esclarecedoras. A Moore que gran parte de los estrenos en los grandes cines coincidieran con etapas de gran populismo político no le parece casualidad y así lo ha declarado a The Guardian:

“Dije alrededor de 2011 que creía que habría implicaciones serias y preocupantes para el futuro si millones de adultos hacían cola para ver películas de Batman. Porque ese tipo de infantilización, que ansía tiempos más sencillos y realidades más sencillas, puede muy frecuentemente ser precursora del fascismo. Cuando Trump fue elegido en 2016 y todos tomamos un extraño desvío en la política, muchas de las grandes películas del año eran de superhéroes".

Alan Moore. EFE

Moore opina que este fenómeno y auge del cómic es parte de un “malentendido” creado en los años 80, cuando obras como su ‘Watchmen’ abrieron camino y posibilidades a un modelo más adulto y profundo en lo narrativo: “Cientos de miles de adultos hacen cola para ver personajes y situaciones que se crearon para entretener a los niños -eran siempre niños- de 12 años hace cinco décadas. No creía que los superhéroes fueran para adultos. Creo que esto es un malentendido nacido de lo que pasó en los 80, cuando cosas como 'Watchmen' aparecieron”.

Unas declaraciones que si bien pueden “picar” a aquellos que hacen cola cada estreno, abren paso al debate y a la reflexión sobre el papel que representan política e ideológicamente los superhéroes en la cultura popular. Como diría uno de sus personajes más célebres, "V": “Los símbolos tienen el valor que les da la gente, por sí solo un símbolo no significa nada”.