Los dos empezaron a formarse como actores, mientras que lo hacían como personas, cuando tenían 13 y 12 años en series de TV3. Sin embargo, Úrsula Corberó (Sant Pere de Vilamajor, Barcelona, 1989) y Quim Gutiérrez (Barcelona, 1981) nunca coincidieron. Lo hicieron años después, en 2013, en la película '¿Quién mató a Bambi?, cuando ya tenían una carrera en Madrid. Él ya había recibido un Goya en 2007 y a ella le llegaría en 2017 la oportunidad de participar en un fenómeno como 'La casa de papel'. Ahora se han encontrado en Barcelona para interpretar a los protagonistas del 'crimen de la Guardia Urbana', los agentes Rosa Peral y Albert López, en 'El cuerpo en llamas', serie que acaba de estrenar Netflix.

El estreno peligró por la denuncia interpuesta por Rosa Peral a Netflix. ¿Les preocupaba? A mí mucho: les tenía reservada una portada en el suplemento.

Pues has sufrido más que nosotros. La verdad es que no.

No obstante, Úrsula, cuando le lo propusieron el papel tenía reticencias. ¿Sentía miedo por ser un caso real y que se buscara el morbo?

Úrsula Corberó: No sé si tanto miedo, era más respeto. Sentía que quería hacerlo bien y que era un caso muy público y muy polémico, del que todo el mundo --como yo soy de Barcelona-- sabía, y había visto ‘Crims’. Entonces dijimos: es importante que esto aporte algo nuevo, o diferente a lo que la gente ya sabe de los personajes. Con eso me refiero a tener la oportunidad de profundizar un poco más en ellos. Porque todo lo que había visto de información sobre el caso se quedaba en una capa muy superficial y a mí, como actriz, me parecía interesante adentrarme de manera más profunda. Y eso también suponía meterse en un pozo negro y en la oscuridad.

Quim, ¿quizá no tenía tanta presión al ponerse más el foco en el personaje de Rosa Peral?

Quim Gutiérrez: Siempre que interpretas a alguien que va a ver cómo haces de él a mí me genera un respeto independientemente del juicio de culpabilidad que haya sobre él. Dicho esto, como actor utilizo material para construir el personaje: biográfico, lo que escribía desde la cárcel y recortes de prensa en los que podía encontrar pistas de cómo era su pasado. Porque necesito invertarme una historia desde que nacen hasta que suceden los hechos que aparecen en la ficción. Y es que creo que lo que hacen de adultos está directamente vinculado a lo que vivieron de niños. Había algo para mí necesario a la hora de, no justificar, pero sí entender lo que hacen y es imaginar a estos personajes de niños. Es algo que suelo hacer siempre y por execrable que sea el personaje me ayuda a produndizar en su defensa. 

Aunque su carrera ya ha traspasado las fronteras, en el caso de Úrsula Corberó, y ya empieza a hacerlo la de Quim Gutiérrez, no olvidan sus orígenes en TV3. Ella debutó con 13 años en 'Mirall trencat', serie a la que siguió 'Ventdelplà', mientras que él dio sus primeros pasos en 'Poblenou', con 12 años, y en el 2000 intervino en 'El cor de la Ciutat'. Y no descartan volver a trabajar en la cadena pública catalana. "Yo no cierro la puerta a nada. TV3 fue lo primero que hice", asegura la actriz. En el caso de Gutiérrez, aún es algo más presente en su vida. "Yo tengo un sueño recurrente: que me llaman para que vuelva a 'El cor de la ciutat'. Y digo: ¡'Ah, qué guay'. Y me dicen: ¡¡Venga, vamos a darte el guion'", confiesa. Para Corberó eso estuvo a punto de hacerse realidad. "De hecho hace poco a mí me ofrecieron una cosa en TV3 que me gustaba mucho, pero por las fechas no se pudo hacer. Así que veremos que nos depara el futuro".

Úrsula usted se ha enfrentado a una mujer con muchas personalidades. Incluso le cambia el físico por momentos. Debe de haber sido complicado.

U. C.: Ha sido un lío. Es uno de los personajes más completos y complicados de interpretar que he tenido nunca. Son varios personajes en uno. Y , por otro lado, a nivel de trama hay muchas diferentes. Y eso de cómo está presente en cada momento de la historia y juega con cada personaje con diferentes caras era bastante agotador. Y a veces un poco lioso. Eso, sumado a que estuve rodando todos los días durante seis meses, acabé agotada. Pero a la vez fue bonito. Me gustó mucho ir encontrado ese personaje a través de la experimentación de diferentes escenas. Creo que no me había pasado nunca. Y también porque sentía un poco la presión de que casi toda la carga de la serie estaba sobre ese personaje. Pero la verdad es que es la primera vez que me tomé un poco la licencia de decir: no hace falta que lo sepas ahora todo, vete viendo; es importante ser observadora, estar atenta...

Usted, Quim, además de la preparación piscológica pasó por la física. Tuvo que engordar ocho kilos.

Q. G. : Sí. Pero el tiempo de la transformación física es un tiempo que ya le dedicas al personaje. Jorge Torregrossa (el director, junto con Laura Mañá) me pidió que intentara ganar masa muscular lo que pudiera. Fue un mes y medio desde que me lo dijo hasta que empezamos. Es poco. La última semana de lo que estaba haciendo antes ya comencé a zampar como un animal. Y empecé con un entretamiento de hipertrofia y un menú especial con un fisioterapeuta y un diestista. Hacía entrenamientos parecidos a los de Albert, que entrenaba mucho y hacía boxeo, con lo cual ahíi ya estás generando su universo. Entonces lo disfruté mucho. Porque normalmente no te piden que cambies de físico, y es muy agradecido, ya que verte distinto a lo que eres tú, ayuda...

Aunque vive en Madrid, Quim, y Úrsula en... ¿Argentina?

Ú. C. : Yo ya no sé ni dónde vivo.

Pero como son de Barcelona, ¿habían visto el programa de TV3 'Crims'? ¿O lo hicieron para construir el personaje? .

Q. G. : Yo sí. Vi todo lo que pude. Vi 'Crims' porque a mí me servía ese contacto con la realidad. Debo decir que lo utilicé porque para mí era un material real que se coloca en otro sitio: entre yo, la realidad y ese espacio de ficción. Yo llegué a ver las imágenes que ya las tenía muy gastadas, pero me colocaban en la realidad. Y el objetivo no era ese, el objetivo era que conectara y que creara el universo del personaje y un tono emocional que utilizo para narrar. Ir al gimnasio, la dieta me ayudó a crear eso. Y cuando estoy muy perdido conecto con esas sensaciones. Ese visionado de imágenes me llevaba a ese sitio. No es que intentara copiar, es que verlas me ayudaba. Es una mezcla de imágenes reales, del ejercicio … Como un loco. 

¿Y usted, Úrsula?

Ú. C.: Yo no lo vi. Todo el mundo me hablaba de 'Crims'. ¡Todo el mundo! Pero me parecía importante no dejarme influir. Lo vi luego. Además, en 'Crims' hay un posicionamiento hacia los hechos y a mí no me interesa tanto como personaje, igual tengo que crear mi propia verdad. Recuerdo que entré muy en paranoia porque en más de la mitad de las escenas el personaje miente. Entonces decía: "¿Miento yo como actriz como que ella está mintiendo o directamente me lo creo como actriz e interpreto como si estuviera diciendo la verdad, y así es menos lioso?". Entonces decidí interpretar como si lo que dice ella fuera lo que le pasó al personaje de verdad. Me parecía la manera más lógica de hacer las escenas y de no volverme majara de la cabeza.