Recientemente ha comenzado su actividad la nueva Unidad de Hospitalización Psiquiátrica de nuestro hospital. Aunque sin duda es una buena noticia para pacientes y familiares, el tratamiento que le han dado tanto los medios de comunicación como el Partido Popular, ignorando la realidad global que padece Elche en esta materia, bien merece refrescar la memoria.

Las enfermedades mentales son uno de los mayores retos sociosanitarios del siglo XXI. Aproximadamente el 15% de la población general presenta alguna enfermedad mental, que es de carácter grave en el 2 y el 3% de la población. En la actualidad estas patologías se están incrementando, como incluso reconoció recientemente el conseller de Sanidad.

Sin embargo, en la Comunidad Valenciana, salvo el Decreto de 2006 sobre viviendas tuteladas, desde el Plan Director de Salud Mental publicado en enero de 2001, no ha visto la luz ninguna iniciativa legislativa de calado. Ahora bien, dicho Plan Director es algo tan desfasado y poco utilizado por la Generalitat Valenciana que no es posible consultarlo ni en la página web de la Conselleria de Sanidad ni en la de Bienestar Social.

Según la Plataforma para la Defensa de la Salud Mental, la falta de centros, programas de atención y medios humanos específicos marcan la realidad de esta materia en toda la Comunidad Valenciana. A su juicio, hace falta un plan específico con la suficiente dotación presupuestaria que palie las notables deficiencias que padece este colectivo de pacientes y sus familiares. De la lista de deficiencias que citan, destaca que en la Comunidad Valenciana no hay planificación ni una red de atención integrada y única, así como que no hay respuesta a las nuevas necesidades, como los programas de atención psico-geriátricos.

Elche sufre en esta materia gravísimas carencias. Según los parámetros mínimos marcados en el año 2000 por el organismo considerado como máxima autoridad en la materia, la Asociación Española de Neuropsiquiatría, los ilicitanos carecemos nada menos que de dos centros de día, una residencia para enfermos mentales crónicos, un hospital de día, otro hospital de media estancia, y nueve viviendas tuteladas. Así pues, la apertura de la nueva Unidad de Hospitalización Psiquiátrica, aún siendo absolutamente necesaria, apenas alivia el balance de nuestras carencias.

Además, hay que precisar que nace con un número de plazas por debajo del mínimo necesario, que es 33, frente a las 21 habitaciones individuales ofertadas. La cifra sale de las 12 plazas mínimas estipuladas por cada 100.000 habitantes, y del censo comarcal de 274.000 habitantes.

Lo importante no es que se ponga en marcha un recurso más o no. Lo fundamental es que el nivel de cumplimiento (o no); de las competencias que el gobierno del Partido Popular tiene en materia de salud mental es muy deficiente. Pero esto no sólo es una opinión personal. Lo afirma el Síndic de Greuges, que en 2003 elaboró un informe muy duro contra la Generalitat Valenciana por la deficiente atención a los enfermos mentales. Y en 2005 lo vuelve a decir en otro informe en la misma línea, en el que considera que la red de atención a la salud mental es muy deficiente, que falta organización, que las previsiones legales exigen una respuesta a corto plazo y "que la situación de las personas con enfermedades mentales es muy deficiente y, en el caso de las infantiles, todavía es peor".

En ese informe, el Síndic de Greuges dice textualmente, en un apartado que le dedica expresamente a Elche, que "si la situación en el marco general dista mucho de ser óptima, en el caso concreto de la ciudad de Elche es bastante peor", e incluso la califica de "caótica".

En definitiva hay una realidad incontestable, y es lo que el Partido Popular ha hecho en los últimos doce años por la salud mental en Elche: poner en marcha sólo una pequeñísima parte de los recursos que nuestra ciudad necesita. Algo que la satisfacción por la puesta en marcha de la nueva Unidad de Hospitalización no debería hacer olvidar a nadie.

Carlos Ávila es concejal de Sanidad.