Ne puede decir alguien qué está pasando en mi querida Cataluña? ¿Cómo se puede haber llegado a tener semejantes flojeras de líderes políticos en esa tierra tan interesante? ¿Por qué se ha llegado a esta situación? ¿Qué ha pasado con la sociedad civil, tan rica y potente, en esa comunidad? ¿Por qué hay tantos tontos al frente de la política catalana y tantos listos en las empresas catalanas?

Viví hace más de veinte años en Barcelona. La recuerdo con cariño y admiración. Era una sociedad compleja, pero europea, avanzada y libre. Es verdad, que un nacionalismo pueblerino anidaba en el subconsciente del populacho, pero también había mucha contestación al oficialismo. Había una libertad consentida. Bien es cierto, que ya se veían -porque así lo refuerza el nacionalismo- un lloriqueo mental sobre la situación con España. Una especie de incomodidad a pertenecer a una España plural que "no entendía a Cataluña", que es lo que decían algunos allí.

Viví varias campañas electorales pero no recuerdo la zafiedad que estoy viendo en estos momentos. Recuerdo un sentido ordenado de las propuestas y menos independentismo que ahora. Seguramente, han ido calando esas propuestas ideológicas que hacen de Cataluña "un estado oprimido" por España. Yo no lo entiendo, pero ellos sabrán porque dicen semejantes sandeces. Sentado espero los argumentos técnicos y económicos de esas posturas. Nunca llegan. Siempre es algo sentimental. Algo patriótico. Pues que lo digan. Pero los argumentos históricos mentirosos y las cifras amañadas no me valen. Ni a mí, ni a mucha gente. Uno quiere ser independiente porque le da la gana. Y ya está. Y no hay que buscar argumentos tergiversados, ni prostituidos.

Claro que para argumentos prostituidos y sexuales los de esta campaña electoral. Les juro por Snoopy, que no recuerdo, hace veinte años, tantas alusiones sexuales para cazar voto. Me habría puesto "to cachondo" con lo joven que era yo. Me habría afiliado a alguno de aquellos partidos si me hubiesen garantizado el servicio sexual gratis y en campaña. Éramos estudiantes. Y parece que ahora van a por los estudiantes. Y en vez de ofrecerles becas para estudiar -buag-, o libros gratis -buag-, o vivienda asequible -buag-, les ofrecen una experiencia, no religiosa, sino sexual. Tú votas y te pones. Te enchufas. Tú votas y te calientas en el frío invierno.

Menos mal que ha sido el Partido Socialista Catalán el que ha liderado la revuelta sexual para que la gente vote. ¿Qué dice la ex ministra de la nada, o de igualdad, sobre utilizar el jolgorio de una chica en éxtasis sexual a la hora de votar? Como lo han organizado ellos, los sociatas baratos, no importa. Si lo hace el PP, sexismo, si lo hace el PSOE, llegar al pueblo joven. No te jode, nunca mejor dicho. Claro que el PP también se ha cubierto de gloria con jueguecitos matarifes de inmigrantes. ¡Qué nivel barriobajero se está cocinando!

Esto de la política no puede estar, ni un minuto más, en manos de auténticos mindundis. De ocurrentes pornógrafos que acaban de llegar a su punto álgido de tontuna. Laporta también anda con la actriz porno de gancho. Si está claro. Si no tienes argumentos, enseña tetas y culos, que el gentío se pone burraco y eso fomenta la participación. Mal servicio se está haciendo al sistema democrático. ¿Qué van a hacer la próxima vez? ¿Orgías colectivas con reparto de votos? ¿Regalos de productos de sex shops para captar afiliados? Aquí, al parecer, de lo que se trata es de no aportar muchas ideas políticas. ¡Qué más da! Se trata de vivir la campaña como una especie de sueño colectivo donde la gente se excita pero no piensa. Como los animalitos.

Es más fácil recurrir a los tópicos de "una España que no quiere a Cataluña". O decir las burradas que dice el "botiguer" de Laporta exhibiendo banderas futboleras pero cero argumentos económicos, sociales o políticos. Creo que observando estas campañas publicitarias de estos políticos catalanes actuales me quedo con los de entonces. Aunque muchos de aquellos son los mismos de ahora. Entonces, mi reflexión se queda en que estos políticos catalanes no representan al pueblo. Por eso el pueblo cada vez vota menos. Los ve como unos viejos verdes con anuncios sexuales. ¡Qué tropa!