El boom por las residencias de estudiantes toca techo junto a la UMH y se expande al centro

Altabix concentra en el último lustro una decena de espacios habilitados para universitarios y crece la tendencia de rehabilitar edificios enteros cerca del CEU para alojar a alumnos

Una de las habitaciones de una residencia de estudiantes en Elche

Una de las habitaciones de una residencia de estudiantes en Elche / INFORMACIÓN

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Elche es ciudad universitaria pero sólo hasta hace algo más de cinco años no se había empezado a invertir en residencias que hagan más fácil la estancia a la infinidad de jóvenes de todas partes del país que recalan en la capital del Baix Vinalopó para formarse. El boom por este tipo de alojamientos amplió la oferta en Altabix, concretamente en la avenida próxima a la Universidad Miguel Hernández, hasta el punto de que en la actualidad se concentran cerca de una decena de espacios habilitados para la convivencia entre universitarios.

Si bien, el interés por invertir en este tipo de alojamientos ahora ha tocado techo en este sector y se está desplazando al centro para cubrir las necesidades del alumnado de la Universidad CEU Cardenal Herrera, teniendo en cuenta que en los últimos tiempos han crecido las matriculaciones en ambas sedes de la universidad privada, y se espera el desembarco de la tercera sede en el antiguo edificio de Zara, con lo que un alto porcentaje de educandos, muchos de ellos extranjeros, necesitarán hospedarse todo el año.

Promotora

Como ejemplo, a escasos metros de la Corredora una promotora está convirtiendo un bloque de pisos antiguo deshabitado en habitaciones para estudiantes, algunas con baño independiente, y zonas comunes. Aunque las obras siguen, la pretensión de los inversores es abrir el próximo curso académico.

El precio de este tipo de alojamientos es variable. Cuando se trata de residencias con todos los servicios incluidos suelen rondar entre los 400 y los 650 euros, mientras que está en auge la tendencia de habilitar edificios universitarios que prescinden de cierta cobertura que sí ofrecen las residencias pero incluyen servicios como limpieza de salas comunes diaria y de las habitaciones una vez por semana, wifi, cambio de toallas, cocina equipada y atención telefónica. En estos casos las tarifas van desde los 250 a los 500 euros.

Cartel de próxima apertura de una residencia de estudiantes en el centro de Elche

Cartel de próxima apertura de una residencia de estudiantes en el centro de Elche / Matías Segarra

Julio Sánchez, de Elighall, empresa que construyó y gestiona la residencia que abrió el pasado curso en la Avenida de Alicante y por la que la UMH invirtió 600.000 euros en suelo municipal, refiere que en estos momentos la demanda está contenida y que el mercado «no admite muchas más plazas», especialmente cerca del campus de la Miguel Hernández. En este espacio, que antes de la reforma estuvo cerrado una década al frustrarse el proyecto del Ayuntamiento de un albergue, están cubiertas casi la totalidad de las 49 plazas que se cubren exclusivamente por alumnos de la UMH. La firma dirige otras residencias en la ciudad para dar cabida a un total de 200 estudiantes.

Rehabilitación

Al hilo el especialista refiere que acaban de terminar la rehabilitación de un inmueble en la calle Mare de Déu del Carmen, próxima a la Glorieta, para ofrecer pisos de estudiantes que estarán listos a partir del curso que viene, como también en la calle Major del Pla y Verónica, a 500 metros del CEU. Si bien, en este sentido el profesional aclara que hay que diferenciar entre residencia y edificios de estudiantes, una fórmula esta última que ha aflorado en los últimos tiempos y está a medio camino de un piso convencional y una residencia, sin algunos servicios como lavandería.

Ana Fernández, recepcionista de Green Home, establecimiento conocido como 'La casa de los estudiantes', aclara que no son una residencia como tal porque no tienen ciertos servicios como comedor. Decidieron habilitar un edificio de universitarios en Elche en 2020 ante la alta demanda de pisos que cumplieran unas condiciones óptimas para los estudiantes, porque los que ofrecen los propietarios «son viejos y caros», apunta. En estos momentos registran lleno total con 44 plazas cubiertas y tienen un abanico de precios que van desde los 250 a los 370 euros. El coste incluye la habituación, el suministro de luz, agua e internet.

En el caso de este emplazamiento cuenta con once habitaciones por cada una de las cuatro plantas y hay baños compartidos. La empresa espera también dotar de otro espacio para estudiantes en la calle Lepanto, en el centro de Elche, para el próximo curso donde se habilitarían otras veinte plazas.

Sín límite de entrada

Desde este centro indican que no tienen fijado limites de entrada aunque sí existen unas normas de convivencia, como un horario de silencio de 23 a 7 horas y está prohibo el acceso a persona ajena al edificio, con lo que si el estudiante tiene visita debe comunicarlo. Si bien, cada empresa pone sus normas.

Jóvenes buscan pisos de alquiler en un punto del país

Jóvenes buscan pisos de alquiler en un punto del país / EFE

Desde febrero y, con más intensidad a partir de abril, los alojamientos empiezan a preguntar a los huéspedes si piensan repetir un año más para cuadrar la disponibilidad que tendrán. Habitualmente suelen contratar estos espacios los estudiantes de primer y segundo curso, ya que cuando superan el meridiano de la carrera la mayoría tienden a compartir piso con compañeros con los que han hecho lazos para tener mayor libertad.

Habitaciones donde había comedor para evitar fiestas

La fuerte demanda por alquilar pisos en Elche, y el incremento de la oferta para estudiantes abre una etapa en la que los propietarios tienen que afinar cada vez más para ser competitivos, de ahí que muchos dueños de inmuebles antiguos estén recurriendo a reformar las viviendas para hacerlas atractivas a los jóvenes, que cada vez tienen más opciones para elegir. 

En esas rehabilitaciones la tendencia es aumentar el número de habitaciones de los pisos, con el fin de hacerlos más rentables porque cogen más universitarios, a costa de reducir o incluso eliminar algunas zonas comunes como salones con la intención, también, de evitar que los huéspedes monten fiestas, indica Trini Maestre del portal AlohaElx que se dedica a poner en contacto a estudiantes y propietarios. 

Desde esta entidad han detectado que «cada vez trabajan un poco más la decoración, vemos una tendencia a la mejora del alojamiento aunque también hay gente que no se deja asesorar». Por otro lado, recuerdan que cuando empezaron hace diez años a alquilar vivienda los dueños de pisos no querían alquilar a universitarios «por la idea preconcebida de que te rompen la casa, pero se ha dado la vuelta, es un alquiler seguro y realmente es fácil alquilar porque había poca demanda, ahora mucha gente compra pisos, reforma y los destina al alquiler y se han convertido edificios enteros». Se dan casos de que trabajadores que buscan piso de alquiler y no entran en el proceso para no mezclar con los estudiantes, resalta la experta.

El hecho de que cada vez existan más titulaciones atrae a más jóvenes a la ciudad y hay muchos que se quejan de que no encuentran habitación y que el precio está disparado. Si hace una década costaba 150 euros ahora el precio se ha duplicado. 

Desde este portal, que sirve de tablón de anuncios digital, también se encargan de orientar a las dos partes para encontrar el piso y el huésped ideal. De igual forma, aconsejan a los propietarios que incluyan un servicio de limpieza una o dos veces al mes para evitar problemas de convivencia y que, por ejemplo, se pongan cerraduras en cada habitación para asegurar la intimidad.  

Falta de luminosidad

«El 80% de los pisos de estudiantes son pisos que no tienen espacios y luminosidad pensada para ellos por lo que estudiamos cómo era la vida del estudiante, qué necesitaba y dedicamos tiempo importante a preparar su estancia» indican Blas Fernández y Eva Roca, quienes dirigen desde hace cuatro años la residencia de estudiantes Velarde House en la zona centro así como otros alojamientos en Altabix. Indican que suelen tener siempre lista de espera y lo achacan a que este tipo de infraestructuras son necesarias porque «lo que la gente quiere es despreocuparse y saber que tiene alojamiento».

Delegación de estudiantes

Desde la Delegación de estudiantes de la UMH exponen que en Elche existen menos problemas para encontrar alojamientos que cerca de los campus de Altea u Orihuela, donde apenas hay residencias y poca oferta de pisos en alquiler. Joan Gil Martínez de Baroja, delegado en funciones, apostilla que a pesar de que no reciben tantas solicitudes de información sobre donde hospedarse la universidad tampoco contribuye a facilitar el camino desde que dejó de funcionar el ‘programa nido’, que servía para que estudiantes y propietarios de viviendas se pusieran en contacto.

Si bien, esta labor se ha centralizado en la iniciativa privada, como podría ser el caso de AlohaElx, portal especializado que conecta a interesados en alquilar con arrendadores, y además premia con un certificado de calidad a aquellos anfitriones que ofrecen infraestructuras óptimas.

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