El 6 de diciembre recordamos el que es, sin duda, el mayor logro en la historia española reciente: la recuperación de nuestra democracia. En este aniversario de la Constitución de 1978 celebramos treinta y dos años de convivencia pacífica, de progreso, en los que hemos consolidado hábitos democráticos y hemos crecido en derechos, en los que hemos alcanzado un desarrollo, en todos los ámbitos, que antes no podíamos siquiera imaginar. Todo ello se debe, en buena parte, a los valores que estuvieron presentes en la transición democrática como la apuesta por el diálogo, la tolerancia y el respeto, la generosidad, el deseo de reconciliación y la voluntad de convivencia pacífica. Unos valores que siguen siendo hoy extraordinariamente valiosos para afrontar el futuro con determinación y serenidad.

A la Constitución le debemos muchas cosas. No sólo la seguridad individual de que nuestros derechos y libertades, nuestra convivencia diaria, están garantizados por una ley de leyes, por una norma de referencia y de carácter superior, sino también el haber cambiado en estos años la consideración de España de cara a los demás países, lo que se ha traducido en una confianza y en un establecimiento de relaciones económicas, sociales y culturales en las que descansa el progreso que hemos experimentado. En clave local los ayuntamientos, una vez consagrado el principio de autonomía local por la Constitución, nos hemos convertido en este tiempo en gobiernos cercanos a las personas, hemos atendido y modernizado los servicios municipales y hemos intentado siempre dar respuesta a las variadas y crecientes necesidades de los ciudadanos, y, por eso, nos sentimos legítimamente responsables del éxito común y del futuro de nuestra democracia.

El extraordinario desarrollo económico y social que Elche ha tenido en los últimos años ha sido fruto de este periodo democrático. También ha sido así en materia cultural, principalmente desde la declaración de los dos Patrimonios de la Humanidad y la consolidación de una variada red cultural y museística. Ahora tenemos la gran oportunidad histórica de ampliar esa oferta cultural con el legado literario de Miguel Hernández, uno de los archivos documentales más importantes de las letras españolas, que va a convertir a Elche en centro de interés nacional e internacional en este campo. Es una oportunidad que queremos materializar a través de la puesta en marcha de una Fundación Cultural, en acuerdo con los herederos del poeta, que contribuirá a perpetuar la memoria de este poeta universal, a dinamizar nuestra actividad económica en el campo de la producción cultural, y a impulsar la imagen de Elche como ciudad cultural de prestigio. Lograremos ligar de por vida el nombre de Elche a la figura de Miguel Hernández, y ello quedará para la historia en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

En el marco de este día de la Constitución, y en el año en que conmemoramos con múltiples actividades el Centenario de su nacimiento, reconocemos la figura de Miguel Hernández, un poeta del pueblo, próximo y accesible, en el que depositamos buena parte de nuestros anhelos y sentimientos. Por eso, la Medalla de Oro del Bimil·lenari de la Ciutat que hoy recibe el poeta a título póstumo es sólo una muestra del profundo agradecimiento que esta Corporación y todos los ilicitanos sentimos hacia su persona y su obra.

Hoy los ilicitanos celebraremos el aniversario de la Constitución también con la presencia en el Acto Institucional del escritor y cineasta Vicente Molina Foix, una de esas personas que nos hace sentirnos orgullosos de ser de Elche. Es una gran satisfacción tenerle entre nosotros en un día como hoy para mostrarle nuestro reconocimiento mediante la imposición del Ram d'Or d'Elx y conocer su punto de vista sobre la Constitución.

Los ilicitanos homenajeamos a la Constitución cada 6 de diciembre, y hacerlo es un acto de total justicia. Porque es la Constitución la que ha cambiado todo en nuestras vidas y, además, lo ha hecho con serenidad, sin rupturas traumáticas, sin violencia. La Constitución abrió en 1978, después de muchos años de autoritarismo, de dictadura, un pacto de confianza mutua y de trato de igualdad entre los ciudadanos y las instituciones. El proceso democrático experimentado por España en este periodo de algo más de tres décadas ha sido clave para dar cabida a un proceso de modernización que ha asombrado al mundo. El resultado ha sido fruto del compromiso de todos los agentes políticos y sociales, y de la generosidad y el esfuerzo de toda la ciudadanía.