En 1949 la UNESCO solicita a varios compositores entre los que figuraban Stravinsky, Honegger, Poulenc, Martinu, Prokoffiev, Shostakovich, Milhaud y Esplá, una obra que recordara a Chopin en el primer centenario de su muerte. Para la ocasión el alicantino compuso la Sonata Española: quizás, la más importante página pianística a solo del autor. El concierto y homenaje al músico polaco en el que se estrenó la pieza tuvo lugar en octubre de ese año en la Sala Gaveau de París. El intérprete fue el pianista brasileño Arnaldo Estrella.

Por aquel entonces la estancia de Esplá en Bélgica tocaba a su fin. Había sido este un periodo (desde 1936) de cierto reconocimiento internacional, pero también de enfermedades y de problemas burocráticos con el Gobierno español. No nos olvidamos de las semanas que pasó en la cárcel durante la II Guerra Mundial acusado de colaborar con los aliados. En 1949 se traslada a París, donde finaliza los trámites que le permitieron regresar a nuestro país en el verano de 1950, época de cierto aperturismo político.

Se cumple este año el sesenta aniversario del estreno de la Sonata Española en tierras hispanas. El acto tuvo lugar el 3 de febrero de 1951 en la Sociedad Musical Sansueña de Zaragoza con Pilar Bayona al piano, quien también interpretó La sierra. El concierto fue especialmente significativo, pues la Sonata era una de las últimas obras compuestas por el alicantino y tenía además el aliciente de ser encargo de la UNESCO. Digamos que, según afirma la señora María Victoria García, es La Nochebuena del diablo la pieza del compositor que primero se escuchó por estos lares tras su vuelta.

Días más tarde, el 14 de febrero, se interpreta la Sonata Española en el Ateneo de Madrid, también con Pilar Bayona como protagonista. El 23 de abril la excelente pianista zaragozana vuelve a ofrecer su versión de la pieza en la Sociedad Musical Sansueña. Allí dio Esplá la conferencia Principales tendencias actuales de la música. Era la primera vez que el autor expresaba públicamente sus reflexiones estéticas desde su llegada.

El tema principal, profundo y solemne, determina el primer movimiento de la Sonata, Andante Romántico. El segundo, Mazurka sopra un tema popolare, nos acerca a Chopin en uno de los aspectos más recordados de su obra. Todo, con la ayuda de la conocida canción La Viudita del Conde Laurel. El señor Antonio Iglesias se refiere al tercer movimiento, Allegro brioso, con estas palabras: un Chopin actual, el de los Scherzos, que incluye en su desenfadado piano toda suerte de atrevimientos armónicos y de modulación; hasta elementos dodecafónicos, aunque estos siempre dentro de la propia función tonal y con respeto absoluto de la forma.

El 28 de abril de 1952 se pudo escuchar la Sonata española (adivinen quién era la pianista) en la Sala de Conferencias de la Caja de Ahorros del Sureste de España junto con los Bocetos levantinos (estreno) de Lírica española y los Tres movimientos para piano. Era quizás el primer concierto con obras "esplasianas" que se celebraba en Alicante desde el regreso del compositor. En el evento, enmarcado dentro de una "Semana-Homenaje a Gabriel Miró", el músico ofreció la conferencia "Significación de la música y notas autocríticas"

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