Y por fin despertaron de su letargo. Los responsables de la Conselleria de Justicia se habrán quedado descansados porque tras cuatro meses de continuas denuncias por parte de INFORMACIÓN, y aunque de mala gana como demostraron los continuos incumplimientos, han implantado la cita previa en el Registro Civil de Elche. Desde mediados de esta semana, con algún que otro problema informático, se puede conseguir vía on-line la ansiada cita sin tener que levantarse a las cuatro o a las cinco de la mañana y esperar en vano horas y horas y días y días para efectuar un simple trámite administrativo. El problema viene de largo, porque las nuevas dependencias judiciales, inauguradas hace dos años, más que mejoras trajeron consigo todos los males de antaño, además de las largas esperas que ya se registraban en el viejo edificio de los juzgados. Y, en todo este tiempo, se ve que ningún concejal, diputado nacional o regional o político de más alto rango ha tenido que meter papeles para casarse o pedir cualquier certificado porque se hubiera enterado de la situación tercermundista que se producía cada mañana y, a lo mejor, se le habría ocurrido hacer algo para ponerle remedio. O tal vez hicieron oídos sordos, se saltaron a la torera las largas colas de hasta más de cien personas y entraron con sus carpetas por la puerta de atrás del Palacio. Quienes hemos perdido hasta media docena de largas mañana de infructuosa espera y hemos pasado frío y calor viendo amanecer arrimados a una pared del inmueble, como en el muro de las lamentaciones, saludamos esta medida que, por incompetencia de más de uno, tanto se ha demorado y que funciona desde hace tiempo con bastante eficacia en las comisarías, ambulatorios, oficinas del INSS y en los registros civiles de Alicante o Torrevieja, por nombrar algunos. En todo caso, esta cita previa no va a acabar con el problema de forma definitiva porque una sola persona se ocupa de cientos de expedientes de matrimonio, otra sola persona se dedica a resolver otros cientos de expedientes de extranjería... y paro de señalar. En total, ocho funcionarios, un número a todas luces ridículo e insuficiente, para una población de cerca de 300.000 habitantes. Las múltiples deficiencias organizativas y la falta de dotaciones las palían los empleados de este servicio con una dedicación ejemplar, como he podido comprobar en las largas mañanas de esperas baldías, y que además se ven obligados a soportar los continuos reproches de ciudadanos cabreados porque ningún responsable de la Administración de Justicia se presenta cada día para dar explicaciones ante tanta ineficacia. Urge que el departamento que dirige Jorge Cabré, pese a los duros recortes, contrate a más personal, mejore el sistema informático, amplíe la oferta del servicio por internet, y todo lo que se les ocurra, para acabar de una vez por todas con una situación que en los últimos años ha sometido a los vecinos de Elche y a las personas que hemos tenido que realizar algún trámite en este Registro Civil a las más altas cotas de la infamia.