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Manuel Culiañez

Unos y otros

La imputación de la presidenta local del PP en Orihuela deja, en mi opinión, dos imágenes que representan el disparate de la oposición en el Ayuntamiento. La primera es la rueda de Prensa de los miembros del PP, con desafío incluido a la dirección del partido y la «línea roja» de Fabra, de la cual nadie sabe si existe o si es la excusa para purgar el partido, porque hay presuntos corruptos que dimiten y presuntas corruptas que hacen lo que les da la gana. Por otra parte, nada fuera de lo habitual y que ya nadie cree. Destacaron, eso sí, las diatribas de Lorente contra el alcalde y Los Verdes, lo cual es normal si tenemos en cuenta que dos denuncias nuestras por sus actuaciones amenazan por acabar con su carrera política y la de su delfín. Resulta un ejercicio de humor escuchar a Lorente para quien somos unas veces un pequeño partido con muy pocos votos y otras capaces de guiar a los jueces para atacarla, pobre víctima inocente. Se olvida de contar que, tanto en el caso de la plaza del Escorratel, como en el de Fitur de su presidenta, las imputaciones y el juicio al que tiene que acudir llegan después de que los jueces estudiaran la documentación del Ayuntamiento; es decir, no es un capricho de Los Verdes, sino la consecuencia jurídica de sus actos como gobernantes y sus presuntos chanchullos. Más delirante es su mención a las denuncias a otros miembros del PP y que sólo son prueba de su desvergüenza: el sumario del Brugal recoge cómo la trama organizó, con el apoyo del PSD, diversas denuncias a sus compañeros de partido y es público y notorio cómo miembros de su gabinete iban ofreciendo «documentación» para denunciar a su compañera Eva Ortiz, saliendo del despacho de Los Verdes con el rabo entre las piernas porque «Roma no paga a traidores».

La segunda imagen son las declaraciones de los antiguos concejales de CLr-Claro, Mancebo y López-Bas. Al inicio del mandato, Mancebo llegó a referirse a la salud mental de la presidenta del PP, a la que ahora apoya. Mientras lo afirmaba, buscaba en las actuaciones de la presidenta del PP material para denunciarla. No sabemos si lo hizo por estrategia o por, como se vio posteriormente, desembarcar con los restos del CLr en el PP pero, de una forma u otra, lo cierto es que sabía que su predecesora en Turismo había cometido presuntas irregularidades. Pese a todo, fue con ella a la fallida moción de censura y tal vez la situación jurídica de su coaligada explicara las prisas: si la moción prosperaba y la supuesta alcaldesa era imputada, todo podría volver a empezar y él ser alcalde. No hay otra explicación para que, sabiendo qué había en la gestión de Turismo decidiera unir su destino al PP..., eso y sus propios fracasos desde el inicio del mandato que han acabado por destruir CLr y su reputación política.

¿Qué queda hasta junio de 2015? Hasta entonces, el PP y los no adscritos Mancebo y López Bas saldrán un día sí y otro también amenazando con llevar a los tribunales a cualquier contrario político buscando transmitir que «todos son iguales» con el fin de que, si la actual dirección local del PP fuerza la situación y presenta listas para las elecciones, ellos ocupen un sitio privilegiado y la desmotivación del ciudadano haga el resto en un municipio donde, hasta hoy, el PP partía con un alto número de votos. Ni unos ni otros tienen más plan para Orihuela que privatizar la gestión de las basuras y el resto les da igual. Avisados estamos de quiénes son los unos y los otros.

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