Alertaba Nietzsche de que asomarse al abismo implica el riesgo de que éste te devuelva la mirada. Supongo que Castedo no ha encontrado abismo mejor hoy en día que el de las tertulias televisivas, pero no sé si algún día se arrepentirá de la imagen que van a devolverle. Como ciudadana de a pie, la exalcaldesa puede hacer lo que le venga en gana. Pero para mantener un mínimo de higiene mental convendría que tuviera en cuenta que si juega en un campo no puede quejarse de lo que en él encuentre.
Tanta soflama en las redes sociales ha quedado al final en lo que se ve: carne de cañón para audiencias desesperadas de finde.
Dicen que ha firmado cinco programas y cuentan, también, que con lo que cobrará le dará para pagar la hipoteca. No sé. No he podido confirmarlo con ella. Pero si es así, Castedo tiene nuevo trabajo. Que no lo venda como si fuera un sacerdocio.
