Superado el glorioso momento en que el Ayuntamiento de Alcoy decidió enterrar el hotel de la Font Roja, proyecto éste que había recibido una amplia contestación social, ya empieza a ser hora de que se otorgue una solución a los chalés. Ha pasado una legislatura entera y ya vamos a por el primer año de la segunda sin que se haya metido mano al asunto, ante la lógica incomprensión ciudadana. La exasperante lentitud de la maquinaria de las administraciones a la hora de tramitar los proyectos, y no se sabe si también alguna que otra desidia, propicia que la zona en la que se debe actuar siga presentado una imagen lamentable, lo cual no es muy de recibo en un parque natural que atrae a miles de visitantes.
