La guasa de la ministra Báñez reverdece. Vuelta a empezar: La irritabilidad, el malestar de los jubilados-pensionistas, nuevamente, cobra actualidad. Había transcurrido más de mes y medio, concretamente el 4 de enero de 2016, cuando la ministra en funciones de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez García, les envió una misiva, firmada y rubricada por ella misma, anunciándoles una subida del 0,25 % en la pensión. Aumento que, con toda razón y siendo benévolos, calificaron de improcedente, aunque otros lo definían como guasa. Al parecer, ha sido suficiente con verla unos días atrás en una entrevista en la »tele» y lo que en cierto modo tenían por asumido, casi olvidado, les ha reactivado la psique, les ha hecho reverdecer en su indignación. Los jubilado-pensionistas, están que trinan.

La comidilla del día interjubilados no es otra que criticar lo improcedente de la misiva. Los del sector se hacen, insistentemente, la misma pregunta: ¿Acaso no tiene otra cosa que hacer la ministra que dedicar su tiempo a mofarse de las personas que en su mayoría recibimos una pensión ridícula?

Nueve millones y medio de cartas con su sobre y dos folios dentro. Vaya derroche de papel, tiempo y, lo que más duele, el pitorreo. Algún que otro jubilado-pensionista puntualiza y con razón:cuantía que bien podría haberla repartido en algunos necesitados -«haylos» y muchos-. En caso extremo también podría haberla donado a una ONG.

La irritabilidad de los pensionistas es notoria. Razón no les falta: «Menistra» en funciones, no está bien que, cobrando un sueldazo a costa de todos, todos los contribuyentes y por tanto de los pensionistas, que han cotizado durante años y años en su vida laboral y los por jubilar que están cotizando -los que tienen la suerte de cotizar, señal de que disfrutan de un puesto de trabajo- y lo que les quedará por cotizar, para que encima se mofe con la dádiva de incrementar con un 0,25% su pensión. Repetimos, hasta la intemerata: No es de recto proceder. La cosa no está para chistes y mucho menos para guasas de envergadura tal.

Otra vez: Utilizar 9 millones y medio de cartas ensobradas 19 millones de folios, con lo caro que está el papel... la tinta, ni les cuento. Por todo ello y mucho más señora Báñez García, pensionistas y no pensionistas insisten, de mofarse del personal nada de nada. No está el horno para bollos.

No obstante hagamos números de la mentada ridiculez: Un jubilado que disfruta de una pensión de 600 euros mensual -son la mayoría- puede aumentarle, si los números no fallan, 1,50 euros al mes, lo que equivale a la friolera de 18 euros al año. ¡Ahí! es algo?. Aforada ministra, compréndalo, los jubilados/as, son personas de cierta edad, que han luchado y pagado sus impuestos -imposiciones- durante años y años, a los que les molesta que los de profesión políticos, que están o han estado en activo, todos de todos los colores, cuando pasan a la reserva, disfruten de sinecuras (ejemplo: «Telefónica ficha a la exministra socialista Trinidad Jiménez 11-2-16», toma, igual que Zaplana. Otras que tal: «Enagás ficha a las exministras Ana Palacio e Isabel Tocino» y tantos y tantas que no nos cabe relacionar, pues no disponemos de espacio para más), y cuando les llega la edad del disfrute... pensionaza al canto.

Ministra en funciones, previsiblemente pronto a bajar del «carro», no se preocupe mucho, igualmente dispondrá de una sinecura, bueno, siempre que se haya comportado, como está «mandao» con los que tienen la llave.

Aunque, desengáñese, nunca llegará al disfrute del que fuera consejero delegado del BBVA -a propuesta de Rodrigo Rato actual presidente de Bankia-, José Ignacio Goirigolzarri, el que llegó a un acuerdo con el «presi» de la entidad, Francisco González, y fue indemnizado de por vida, con una pensión anual de tres millones de euros -500 millones de pesetas ¡Ahí es nada! Y luego dicen?.

Ahora bien, esto lo enmienda el ministro de Hacienda, Montoro, desaparecido el 19 de diciembre 2015.