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Matías Vallés

La clave de Dylan no es Suecia, sino Formentera

Bob Dylan no admite injerencias en su biografía, de ahí su incomodidad al recibir un Nobel no solicitado. La incertidumbre sobre su viaje a Estocolmo, para recoger el galardón de manos de Carlos XVI Gustavo, se produce medio siglo después de un supuesto viaje a Formentera que adquirió tintes legendarios. Para anular el suspense, la estancia del cantante durante los años sesenta viene desmentida como un bulo por Carmelo Convalia, el decano de los periodistas de la isla.

A mediados de los sesenta, hay un año en blanco en la biografía de Dylan. En el corto lapso de 1965 y 1966 grabó tres álbumes, uno de ellos doble, que cambiaron el curso de la historia musical. Se trata de Highway 61 revisited, Taking it all back home y, en especial, el Blonde on blonde de Just like a woman. Fue el annus mirábilis del cantante, equivalente al 1905 en que otro científico también veinteañero, Albert Eisntein, socavó los fundamentos de la física.

A continuación, el cantante sufrió un aparatoso accidente a lomos de su motocicleta Triumph, mientras circulaba por una carretera campestre. Así fallece el segundo Dylan eléctrico, que renacería en una fase crooner digna del olvido. En esos meses de nebulosa se habría producido el desembarco en Formentera, para aislarse del mundo. Toda leyenda debe ser tangencial con la realidad, y dispongo de un testimonio sólido a favor del retiro del Nobel en la isla.

Pío Tur es uno de los pocos nativos de Formentera que han sido consellers en el Govern de Balears. Se encargaba en concreto del área de Transportes, pero aquí resultan pertinentes otras dos facetas de su biografía. Era, porque falleció, un católico muy practicante y profesor de piano. La religiosidad dificultaba su compatibilidad con la mentira o la invención. Su formación musical avalaba el lance histórico que aseguraba haber protagonizado.

Tur me contó, con absoluta normalidad y sin concederse importancia, que había visto a Dylan en Formentera, lo había escuchado tocar y se había sumado al piano en alguna composición. Quedó publicado en su momento, ya no puede ahondarse en su memoria.

Las investigaciones de Convalia cancelan la estancia del cantante de Minnesota, sin desmentir al musicólogo. El periodista cuenta que en 1967 se instaló en la isla un joven belga que se hizo pasar por Dylan. Incluso tenía una pierna rota, afianzando las similitudes con el accidente del norteamericano. Solo hay una persona que jamás confirmará ni negará los hechos. Bob Dylan.

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