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Una gran frustración

Tener que ver cómo se volvía a colocar en la vía pública de Alicante la placa con el nombre Plaza División Azul representó una gran frustración, sobre todo por lo mucho que costó retirarla a lo largo de los últimos 41 años desde que murió Franco, pese a la existencia de una Ley de Memoria Histórica. Una persona que desconozca el proceso que se ha seguido para retirar las calles franquistas en la ciudad, ante la imagen de ayer colocando esa placa pensará que en Alicante estamos locos, y quizá no le falte razón. Soy de las personas convencidas de que las calles fascistas se acabarán retirando del callejero de Alicante y sigo sin entender qué ha ganado el tripartito con el pulso que le echó a la juez que analiza si el proceso se ha seguido de acuerdo a la ley ante un recurso del PP. El equipo de gobierno cambió las calles deprisa y corriendo para que no tuviera efecto una suspensión provisional y ayer tuvo que empezar a reponer las placas con nombres fascistas por orden judicial. Esperar a la resolución de la juez nos hubiera ahorrado a todos rabia, indignación y vergüenza.

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