Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arte - Crítica

Miquel Navarro en el MACA

La escultura, en nuestro país, tomó un nuevo sentido social y político después de estar años condicionada por las pautas que el régimen dictatorial impuso, no solo en la acción política sino también en el pensamiento, no cabe duda que con nefasta influencia para la cultura. Las escuelas de arte tardaron mucho tiempo, incluso después de la muerte del dictador, en tomar posiciones que en Europa ya hacía décadas se estaban desarrollando. Había que salir de España, ir a la Documenta de Kassel o al certamen escultórico de Münster, para percibir hasta qué punto la escultura estaba introduciéndose en la ciudad, pero no como elemento conmemorativo sino como espacio de contraste con el entorno urbano y su reflejo de la historia. El minimalismo y el povera italiano dotaron a la ciudad de ese espectáculo visual y crítico, en el que estaba inscrita la modernidad. Josep Beuys, con sus instalaciones, había abierto la escultura a ese dialogo entre materiales, formas, sociedad, historia, política, religión, ecología? La geometría del minimalismo ampliaba el espacio de la escultura en la ciudad, cuestionando las convenciones de la arquitectura. Se impuso una actitud crítica en las calles de muchas ciudades europeas.

En España algunos autores, como Susana Solano, Eduardo Chillida, con el precedente de Oteiza, reaccionaron ante una serie de circunstancias que reclamaban un mayor compromiso con la cultura del momento. Miquel Navarro encuentra en la geometría, en la abstracción que busca la referencia vegetal, animal, figurativa, su punto de inicio para el desarrollo de sus obras. En sus instalaciones, es la ciudad, el crecimiento de la ciudad, la idea generatriz, con la utilización de diferentes materiales, entre ellos, la cerámica, con importante tradición en Valencia. La variación de un módulo es notoria en las piezas que construyen estas ciudades. Miquel Navarro parte de la ciudad antigua, caótica, cuyo centro es la iglesia, la plaza, y desde ahí, como ha ocurrido en la transformación real de las ciudades, ha ido sumando otras perspectivas, diferentes a la organización orgánica del centro, una creación a base de sistemas urbanísticos en los que prevalece la línea recta, la geometría de las nuevas ciudades, con sus contradicciones. A lo largo de su trayectoria, este autor ha ido conformando diferentes visiones de la ciudad, pero siempre partiendo de la misma constante, de unas formas similares que luego va variando. Como en todo artista hay siempre un inicio singular, propio, consustancial a su personalidad, a su gesto, que luego va desarrollando con diferentes concepciones de las formas, de las alturas, de la evolución desde la síntesis de la casa tradicional a una mayor sofisticación en ese minimalismo inicial, cargado de referencias orgánicas.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.