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Desde mi terraza

Luis De Castro

Incertidumbre

Incertidumbre es la sensación que parece reinar en el mundo, y muy especialmente en América Latina: Chile, Bolivia y Colombia tienen a sus principales ciudades en pie de guerra, con protestas y reivindicaciones casi siempre justas, y con claras aspiraciones sociales porque no pueden aguantar más, hartos de gobiernos corruptos o dictatoriales; Hong Kong y las revueltas de los estudiantes supuso un preámbulo de la insatisfacción que todavía persiste, y así podíamos seguir con Oriente Medio o Turquía, por no hablar de los gilets jaunes (chalecos amarillos) que desde 2018 aparecen de forma esporádica en París y otras ciudades francesas. El descontento es, pues, general; y todo ello da muestras de una saludable actitud inconformista del pueblo llano. España no escapa a esa sensación de incertidumbre, a juzgar por un futuro político incierto ante la dificultad de conseguir la cuadratura del círculo, que es en lo que se han convertido las conversaciones para lograr el consenso necesario que permita formar gobierno, todos presionando para conseguir determinadas prebendas a cambio del voto en una especie de chantaje que, en muchos casos, Pedro Sánchez deberá tragarse. Y lo de Cataluña ya es punto y aparte. El periódico digital El Confidencial (medio que en muchas ocasiones hay que poner en cuarentena) publicó hace unos días que «el Govern» de Cataluña ha rechazado la propuesta del gobierno español para convertir el edificio del Banco de España en Barcelona en subsede del Museo del Prado, al considerar que la franquicia de una de las mejores pinacotecas del mundo huele a colonialismo, y exigen que el edificio pase a ser de titularidad municipal para uso que ensalce la catalanidad, sin injerencias coloniales como Velázquez, Goya y otros pintores del régimen de los Austria o los Borbones. ¡Se necesita ser burrera! Barcelona, que tiene a Gaudí como primer reclamo turístico, pasaría a añadir el atractivo de la subsede del Prado. Pues ni por esas. Mi amiga de la que ya hablé, catalana e independentista, defiende las reticencias de los nacionalistas diciendo que hay que leer la letra pequeña de la oferta para comprender el rechazo?. Así que con estas reacciones se le quitan a uno las ganas de intentar entender lo inexplicable. En el momento actual bastarían los diez votos favorables de Ciudadanos para no tener que depender de los de ERC. Ya nadie podría protestar, muerto el perro se acabó la rabia, y la amenaza de unas terceras elecciones desaparecería. Pero aquí nadie rema a favor, y el antisanchismo se ha convertido en una moda que puede salirnos muy cara.

Traslado la incertidumbre al terreno local; tras las últimas elecciones municipales y autonómicas, dos instituciones de peso cultural en la ciudad siguen descabezadas, es decir sin director: el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert y el Teatro Principal. Por suerte, el Principal no ha cesado en su actividad gracias a los contratos firmados por el último director, hoy Jefe de la oposición en el Ayuntamiento. Pero la otra institución, que en los últimos años disfrutó de una magnífica actividad, ya se supone que ha perdido el curso; Alicante no merece perder un año de actividades culturales tan enriquecedoras como las que hasta ahora venía ofreciendo el Gil-Albert, solo por el hecho de haber cambiado la titularidad de la Diputación, que es de quien depende? y eso que el gobierno de la misma sigue siendo conservador.¿Hasta cuándo el deshojar la margarita? Y ya que hablo del Teatro Principal quiero expresar mi satisfacción por tres de los últimos espectáculos teatrales vistos: 7 años, Lehman Trilogy y La danza de la venganza; los tres completamente distintos, los tres con un nivel artístico muy alto (condición imprescindible) y con una sorprendente buena respuesta de público excepto La danza? que congregó sólo a 300 espectadores probablemente por contar con actores (estupendos) no muy conocidos del gran público. Público al que animo a confiar en los criterios en que el Principal basa su programación, a pesar de que en mi opinión está errado en cuanto a la colocación de dos o tres espectáculos teatrales en el mismo fin de semana, porque hasta el más interesado ve resentido el presupuesto o no quiere dedicar dos o tres días a la misma actividad de su ocio.

La Perla. «No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos». (Martin Luther King)

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