¡¡¡Pues bien!!! El señor alcalde de Elche, después de cinco años de intransigencia ha conseguido iniciar la obra de peatonalización de la calle Corredora, en contra de la oposición general, de los habitantes y de los que están integrados en la zona centro con su actividad. Siendo los gastos a cargo de las arcas municipales y al no estar presupuestado, haciendo uso de crédito.
Prohibir y peatonalizar por cabezonería no es la forma más adecuada para conseguir una disminución del tráfico, para realizar este cometido, lo inmediato y necesario sería planificarlo y ordenarlo por barrios.
Podríamos citar, por ejemplo, al propietario de un vehículo cuyo aparcamiento privado está a las espaldas de su casa, en el sector El Salvador, este conductor, está obligado a rodear "El Raval" de norte a sur, de este a oeste y zigzaguear de sur a norte hasta desembocar en la calle Ángel que podemos denominar en estos momentos como la de "El diablo". ¿Pretendemos obtener la denominación de ciudad laberíntica?
Esta forma de actuar, irrita a muchos licítanos, demuestra estrechez de miras dudoso gusto para embellecer la ciudad. ¡Se necesita un giro drástico!
Para el resto de obras pendientes, paralizadas por faltas de consensos, tener la mente más abierta y escuchar opiniones tanto de técnicos, como emprendedores y asociaciones productoras e inversoras que activan y conocen de primera mano, las necesidades que requieren en cada actuación.
A mis paisanos con inquietudes que aman la ciudad, les pido que sigamos denunciando estas situaciones con este aguante ilicitano.
