Compartiendo cena con algunos directores de Filmotecas en la Seminci, coincido en la mesa con Jesús López, de la de Albacete, al que no tenía el gusto de conocer. Además de informarme con pelos y señales de las estrategias que están empleando estos gestores en la era post-pandemia para recuperar a sus espectadores, y de las numerosas actividades que nutren su calendario anual, vuelvo al hotel runruneando mi cabeza con lo que nunca verán mis ojos. No por negativo, por realista. Alicante no tendrá una Filmoteca como la de Albacete, Murcia o Valencia en los años que me pueden quedar para disfrutarla.
Quienes lícitamente pelean por salvar el cine Ideal antes de que se hunda (muchos menos de los que deberían ser en una comarca de casi medio millón de habitantes) creo que piensan en rescatar el continente. Porque sobre el contenido hay posturas diversas.
En Albacete y Murcia la Filmoteca ofrece dos pases diarios en versión original que llegan a reunir a más de doscientos espectadores cada jornada, se presentan libros, se realizan campañas infantiles, se realizan debates. Jesús nos contaba cómo se le había caído un cara a cara con Paco Plaza, director de ‘La abuela’, porque la distribuidora ha decidido posponer su estreno para 2022. ¿Se dan cuenta de la numerosísima cantidad de actos que nos estamos perdiendo en Alicante día a día durante décadas por carecer de Filmoteca? Lo peor de todo es que estamos desatendiendo a un público joven que al no contar tampoco, en pleno 2021, con Escuela de Arte Dramático, como sí ocurre en Murcia y Valencia, obliga a migrar a quienes tienen vocación. Y es que en asuntos culturales, Alicante es áspera como un trozo de lija.
