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Antonio Sempere

El teleadicto

Antonio Sempere

Serrat, siempre

Joan Manuel Serrat, en una de sus actuaciones FERRAN MONTENEGRO

Qué agradable sorpresa fue encontrar a Joan Manuel Serrat en La noche en 24. Además de concitar unanimidad en los mensajes de los espectadores, que reclamaron más invitados de perfil cultural para esta primera hora de las dos que dura el programa, quedó demostrado cómo a la televisión le sobran los fuegos artificiales porque todo está inventado. Basta un invitado potente, y dejar tiempo en la escaleta para que se exprese.

Lo resalto porque da la casualidad de que Serrat compareció en el 24 Horas el primer día del nuevo trimestre televisivo. Aquel en que los directivos de TVE, después de las experiencias vividas, van a apostar por lo seguro, entendiendo por seguro aquello que va a sumar audiencia, no a restarla.

Por eso a la misma hora en que comparecía Serrat en directo estrenaron la décima edición de Masterchef (más de 5 millones de euros la temporada completa, de los cuales los presentadores/chefs ganan 10.000 euros por programa). Por eso arranca una nueva temporada de La noche D, esta vez con Eva Soriano, Chenoa, Flo y Leo Harlem. Por eso Sara Escudero y María Gómez presentarán a diario Enredadas de lunes a jueves después del Telediario. Y por eso Las puertas de María Casado han sido cerradas con llave, y sólo queda como resquicio de televisión pública el programa Las claves del siglo XXI, de Javier Ruiz, que ya veremos lo que dura.

Lo que queremos decir es que en esa televisión esquinada que hace Xabier Fortes, a coste cero, en un canal marginal, es donde se encuentra la esencia de lo que algún día fue la pública. Alguien en el Consejo de Administración debería reivindicarlo. Porque lo que da La 1 es lo mismo que podría ofrecer Antena 3. Y así no vamos bien.

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