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Luis Beltrán Gámir

Luis Beltrán Gámir

Procurador de los tribunales

El dinero hace girar el mundo

Imagen de dinero en efectivo en una oficina bancaria.

Vivimos en un mundo donde el dinero es lo importante, el verdadero espíritu de la Navidad es "compra, consume, engorda". La cita "pienso, luego existo" ha quedado anticuada. En esta sociedad donde reina la obsolescencia programada, habría que sustituirla por "consumo, luego existo".

A todos nos fastidia pagar impuestos, pero también nos irrita que los hijos de personas desfavorecidas económicamente no puedan estudiar por no tener medios o que deportistas con talento no pueden llegar a la cima por no poder costearse un entrenador, y aquí, citaré al tenista Alex de Miñaur, que pese a estudiar y residir en Alicante, representa a Australia simplemente porque la Federación Española no quiso ayudarle.

Está claro que todos trabajamos por dinero. Nadie lo hace por cromos de Oliver y Benji. Me hacen gracia las empresas que se quejan de que los aspirantes preguntan por el sueldo, en vez de valorar "la experiencia y la oportunidad". Si las empresas no encuentran personal, siempre pueden recurrir a la solución que propuso Joe Biden: "Pay them more" (pagadles más). Según datos que me fueron facilitados por Diego Ibernón, es lo que ha hecho el Gobierno de España, qué pagará 344.000 euros este año por cada parlamentario nacional y autonómico, mientras que el FMI estima que nuestro país cerrará el 2022 con un déficit del 5,3% y una deuda pública del 116,4%, que es actualmente de 1,42 billones de euros y se ha duplicado en una década. Insisto, ¿en manos de quién estamos?

Yo creo que la felicidad va mucho más allá del dinero, depende de con quién te relacionas, si estás en un entorno donde quieres y te quieren, no es necesario ser millonario para ser feliz. Schopenhauer dijo que "el dinero es la felicidad humana en abstracto, el que no es capaz de disfrutar la felicidad humana en concreto se dedica completamente al dinero". ¿Y quién dijo aquello de “no es lo que tengo, es lo que soy”?

Si Santa Teresa de Jesús, el Che Guevara, o incluso Jesucristo, vivieran hoy en día, no tendrían más remedio que gastarse dinero, aunque sea para llevar unas míseras zapatillas, una túnica raída o una camiseta con su propia imagen. Porque para que las cosas existan, algún precio tienen que tener. Sorprendente por cierto, que un icono revolucionario sea un gran negocio para Aliexpress.

¿Hay alguien, hoy en día, que quiera vivir en una cueva en la montaña, ir descalzo, comer hierbajos e insectos y renunciar a una duchita caliente? Si puedes ir a un hotel apañado, ¿dormirías en la pensión del tío Perico? Pasear por Altea, o por la Font Roja, especialmente en otoño, es una maravilla, pero, al igual que Loquillo, siempre quise ir a L.A. Y eso cuesta dinero. La palabra "capitalismo" suena muy fea, pero si decimos "democracia", eso ya os gusta más, ¿verdad?

Leí que el cineasta y escritor Guillermo Arriaga diferenciaba ambas artes por los hoteles en los que hospedaba. Amigo mexicano, si hubieras sido una estrella del rock, ya hubieras flipado con los alojamientos. ¿Es el perverso capitalismo quien da preferencia a unas artes sobre las otras? Por cierto, no deja de ser curioso que una película que critica el capitalismo sea la gran ganadora de los Goya y la que más dinero ha recaudado.

Terminaré con el tema que da título a este artículo, con Joel Grey y Liza Minelli cantando y bailando en la mítica película Cabaret: "Money makes the world go round". ¿Verdad que la canción en castellano suena peor?

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