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Tomás Mayoral

¿Compromís se balcaniza?

Mónica Oltra abandona la sede de Compromís tras anunciar su dimisión. German Caballero

¿Hay riesgo de “balcanización” de Compromís ahora que Oltra ya se ha ido? El intento desesperado de mantenerla contra viento y marea ignorando su imputación tenía, realmente, poco que ver con ella. La realidad es que había un verdadero e interesado “horror vacui” a los males que su salida podría traerles. La incógnita del post-oltrismo era el gran miedo que anidaba en las respectivas familias de la coalición y la que ha provocado varias contorsiones imposibles y excesos verbales por parte de sus líderes en esta recta final de la carrera política de Mónica.  Ahí tienen espectáculos tan sorprendentes como los tuits de Agueda Micó demostrando que ha sido un sector del Bloc el que le ha hecho a Oltra el flaco favor de ‘bailarle’ el agua en su empeño en no dimitir. Nunca mejor dicho, por cierto, lo de bailarle tras el “suicidio danzante” del pasado sábado en València que mereció un seco “Yo no estoy para fiestas” de Ximo Puig. Mientras, en Iniciativa, el territorio de Oltra, ni bailaban ni movían un músculo. Solo esperaban el despeñamiento.

No hay que olvidar, no obstante, que Oltra ha sido mucha Oltra y ha representado hasta su caída el cemento que mantenía unido el complejo engranaje de Compromís. La sola presencia de Mónica, como una auténtica “Tito” valenciana por seguir con el ejemplo balcánico, les evitaba diluirse en esas discusiones bizantinas de la izquierda cuando se descarría. Como Josip Broz en Yugoslavia, Oltra, como concepto, mantenía anudado Compromís. Pero sin ella, el edificio peligra.

Hay otro pegamento que ha conservado unida las piezas pese a la fatiga de materiales que provoca el paso del tiempo: el poder. Era la baza con la que jugaba Ximo Puig si Mónica no hubiera dado su brazo a torcer obligando al cese. El aparato de Compromís se ha acostumbrado a estar en el poder y ya sabemos el frío glacial que impera lejos de sus soleados cargos. La balcanización llegará con todo su rigor si el Botànic no logra armar otra mayoría que impida el regreso de la derecha a la Generalitat. Al día siguiente de la derrota, la coalición tal y como la conocemos ahora sería historia.

Y una cosa más:

La hoguera Sagrada Familia se ha alzado con el premio de la crítica de INFORMACIÓN por la escena en la que se representa a un policía local aplicando la polémica ordenanza municipal contra la mendicidad y multando a un mendigo que intenta dormir en un colchón. El jurado valoró el sentido crítico, la sátira y el humor que encierra la escena. La participación de este año ha sido muy elevada y la selección de finalistas muy complicada por la gran calidad de participantes en el premio. Muchas felicidades. 

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