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La difícil sucesión en Compromís

Amplios sectores de la formación valencianista coinciden en que es imposible encontrar un liderazgo similar al de Oltra, por su capacidad para aunar a todas las corrientes, y confían en que pueda regresar por la puerta grande a la escena política

Mónica Oltra, en la fiesta celebrada el pasado sábado en València, dos días después de hacerse pública su imputación, con los principales líderes de Compromís. | EDUARDO RIPOLL

Prácticamente nadie en Compromís -salvo alguna excepción bastante contada, como, por ejemplo, la que representa el exconseller Vicent Marzà- veía por otros ojos que no fueran los de su lideresa, Mónica Oltra. Y siguen sin ver por otros ojos que no sean los de ella. El festival del pasado sábado con el respaldo casi total y absoluto de los principales líderes -Marzà volvió a ser la excepción, aunque excusó su ausencia porque parece que tenía una boda-, y baile incluido, así lo demuestra. Un cierre de filas que, sin embargo, no hizo más que elevar la presión sobre la vicepresidenta y portavoz del Consell, hasta acabar dándole la puntilla. Tanto que el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, le dio un ultimátum el lunes: debía dimitir esta misma semana. «Yo no estoy para fiestas», sentenciaba por si a alguien le quedaba alguna duda. Al final, a Oltra le sobraron cinco días antes de que, formalmente, venciera el plazo. La presión era insostenible y cedió. «La estaban masacrando y no podía aguantar mucho más, y las palabras de Àgueda Micó diciendo que si Puig destituía a Oltra sin acuerdo se rompería el Botànic crearon una tensión innecesaria», admite alguien desde la formación valencianista.

Sin embargo, ¿qué puede pasar a partir de ahora? El tiempo lo dirá, pero lo que parece que de momento está más que claro es que la sucesión está complicada en Compromís. Amplios sectores de la coalición coinciden en que es imposible encontrar un liderazgo similar al de Mónica Oltra, sobre todo por su carisma, su resistencia y la capacidad que ha tenido para aglutinar a todos -o casi todos- los partidos, corrientes y subcorrientes que componen la coalición. Hasta el punto de que confían en que pueda regresar por la puerta grande a la escena política, incluso recuperando los cargos de vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo autonómica y consellera de Políticas Inclusivas, y, sin duda, como cabeza de cartel de su formación en las elecciones previstas para dentro de once meses. Por eso mismo, hay bastante unanimidad a la hora de admitir que, ocurra lo que ocurra en los próximos días, es una solución interina.

Ahora bien, ¿cómo se ha llegado a esa situación? «Probablemente tardemos años, incluso décadas en volver a encontrar una política en la escena valenciana como Mónica Oltra», aseguran en determinados círculos de Compromís. «Mónica sólo hay una y probablemente no volvamos a ver nada igual», apostilla otra persona compañera de filas. Saben que es un activo electoral, y que en la entrada de Compromís en el Ejecutivo autonómico en los dos últimos mandatos ha tenido mucho que ver Oltra.

Sin embargo, su liderazgo va más allá. Compromís es una coalición en la que se integran Més Compromís -antiguo Bloc-, Els Verds, Iniciativa del Poble Valencià -donde está Mónica Oltra-, y los independientes, todos con sus congresos, sus primarias, cuotas de género y familias -y, por tanto, líderes o aspirantes a líderes- varios. Un galimatías en el que, no obstante, Oltra ha conseguido mantener en cierto modo la paz y los equilibrios en un partido que en los últimos años ha girado en torno a torno a ella en el plano autonómico, a Joan Ribó -alcalde de València- en el plano municipal, y a Joan Baldoví -diputado en el Congreso- en la esfera nacional. De hecho, hay quien vio en las resistencias de Oltra a dimitir y el apoyo ciego de su partido el temor a que una retirada pudiera abrir una guerra sin cuartel de todos contra todos, algo que, sin embargo, muchos desde la cúpula niegan. «Ha sido una decisión personal de ella», sostienen.

A estas alturas, solamente a Joan Baldoví se le ve como una posible alternativa llegado el caso, aseguran ciertas personas en Compromís, porque representa una figura de consenso también entre los diferentes sectores. Incluso desde hace tiempo en ciertos círculos se especula con los deseos del exalcalde de Sueca de marcharse de Madrid. Eso sí, no como recambio inmediato. Creen que hoy por hoy su papel en la Carrera de San Jerónimo es más importante que la gestión de una conselleria a poco menos de un año que se inicie el ciclo electoral. Cuestión diferente es que las expectativas depositadas en que Oltra pueda repetir como cabeza de lista en las elecciones autonómicas se frustren, escenario este que muchos por el momento no quieren ni mencionar. Ahora bien, de ser así, ¿cuál sería la respuesta de Joan Baldoví?

En cualquier caso, hay voces que ya comienzan a apuntar a que lo peor puede llegar no tanto por València o Castellón como por la confección de las listas en lo que toca a las elecciones locales y también por lo que respecta a la provincia de Alicante, por el modo en el que se confeccionan las candidaturas. Como ejemplo, hay quien pone el foco en el conflicto que, en un momento dado, podría surgir entre la consellera de Agricultura, la ilicitana Mireia Mollà, y la síndica adjunta en las Cortes, la crevillentina Aitana Mas, que podría ser el relevo de Mónica Oltra, a la hora de decidir quién encabezará la lista autonómica por Alicante de cara a 2023. Ambas son de la provincia y ambas, de Iniciativa.

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