Esta semana se nos ha ido otro de los grandes de la televisión, Mario Beut. Cualquiera que tenga más de 60 años y consumiera televisión en blanco y negro lo recordará. Pertenecía a esa generación de locutores catalanes que presentó programas con una voz impecable, a la manera de José Luis Barcelona, que marcaron un estilo propio desde los estudios de Miramar, donde se producían muchísimas horas de televisión para todo el territorio nacional.

No es extraño que Mario Beut simultanease su labor como locutor de radio y presentador televisivo con la de actor de doblaje. Barcelona siempre fue una potencia en este sector. Se encargó de poner voz en español a Tony Curtis, Jean Paul Belmondo y Sidney Poitier, entre otros.

Pero los espectadores lo recordamos como un presentador amable y cercano, especializado en programas familiares. Su gran éxito se produjo en 1964 con el concurso La unión hace la fuerza, que marcó época. No se repetiría un fenómeno semejante hasta Un millón para el mejor cuatro años después.

Otro de los más populares fue Club mediodía, un formato matinal cuando la televisión de los fines de semana se iniciaba un poco antes que el resto de la semana. Eran los tiempos en que podíamos ver en blanco y negro a Bobby Deglané y a la gran Marisol González.

Mario Beut presentó en 1968 un concurso cuya cabecera, una animación repleta de cochecitos de bebé, anunciaba claramente sus contenidos, Clan familar. Era los sábados por la tarde, justo diez años antes de que llegase Aplauso, Visto y oído (1972) y Conocemos España (1978) fueron sus dos últimas aportaciones televisivas. Por aquel entonces Mario Beut contaba con 45 años y muchas facetas que desarrollar.