Circula por redes sociales un mensaje de una historia en la que un padre que quiere aleccionar debidamente a su hijo en las cosas de la vida le explicaba directamente que “las vacas no daban leche”. Extrañado su hijo por esa afirmación que le pareció tan rara, pensando que era todo lo contrario y cuestionándoselo a su padre, éste le explicó que, evidentemente que la leche sale de la vaca, pero que no salía sin esfuerzo alguno, sino que la vaca “debía ser ordeñada para que diera leche”. Y no solo eso, sino que además había que trabajar muy duro todos los días para darle de comer, cuidar de ella y tenerla en disposición para que luego pudiera ser ordeñada, y, por ello, dar la leche que luego se bebían.

En realidad, lo que estaba haciendo el padre era explicarle a su hijo que las cosas no son gratis, y que pese a que existe en la actualidad por muchas personas una falsa creencia de que no hace falta esforzarse para conseguir bienes materiales, eso no es cierto, o, al menos, no debería serlo, porque si se llega a transmitir la creencia de que es posible vivir sin hacer esfuerzos y que para poder beber leche solo hace falta pedirla sin ordeñar, al menos, a la vaca y trabajar para que pueda ser ordeñada, el mensaje es erróneo y, además, perjudicial para quien se acaba creyendo que todo se consigue sin esfuerzo.

Por ejemplo, escribía recientemente F.J. Benito en este periódico, y con gran acierto, sobre la necesidad de fomentar la formación profesional, porque hacen falta profesionales cualificados en muchos sectores como la construcción o el sector servicios. Y para ello hay que formarse y aprender bien. Porque nada se regala. Ni la leche se da sin ordeñar, ni nadie puede pretender que te den un trabajo sin saber nada acerca de cómo se lleva a cabo el mismo.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando se quiera llegar a un trabajo hay que darlo todo cuando te den la oportunidad, y formarse antes. Porque para ello hay que aprender de ese oficio y luego poder seguir escalando en el mismo para poder ir ascendiendo y moviéndose en ese sector, o en otros. Y cuando a alguien le dan la oportunidad de trabajar hay que dejarse la piel todos los días en ese trabajo, acudir puntualmente a él, demostrar a quienes han confiado en él que no se han equivocado y que todavía es capaz de llevar a cabo tareas de más responsabilidad que la encomendada. Y si el trabajo es temporal, al menos se ha llevado un importante aprendizaje en su mochila y llenado su currículo para la siguiente experiencia. Porque el trabajo bien hecho sirve para formar mejor al profesional, para que se enriquezca en su experiencia formativa y para ir llenando su historial profesional de momentos que se irán sumando para hacerle mejor persona y mejor profesional.

El caso es conocer los oficios mejor, y aprovechar las oportunidades, un factor que muchos desechan por falta de ganas de trabajar y porque resulta muy negativo que se vaya transmitiendo el mensaje de que trabajar compensa lo mismo que no trabajar, ya que al final esa idea puede ir calando, dejando atrás la filosofía que debe reinar del espíritu de superación y de que o se da el 100% cada día, o no se llegará a nada.

Por ello, el mensaje de que “la vaca no da leche, sino hay que ordeñarla” es importante, a fin de transmitir la idea de que hay que ponerse las pilas todos los días, y que nadie puede pensar que todo va a ser regalado y se va a conceder sin esfuerzo. Porque ese mensaje conlleva que muchas personas consideren que la vaca sí que da leche sin ser ordeñada, lo que es falso.

En cualquier caso, esto no está claro que lo perciban quienes siguen pensando que se pueden pasar los días sin esforzarse en nada para formarse mejor para acceder al mercado laboral. Por ello, hay que fomentar la idea, también, del aprendizaje en puestos de trabajo tan necesitados como todos los que se necesitan en el proceso de la construcción y en el sector servicios en general, y en cualquier empresa, porque para todo se requiere cualificación y a ella se llega aprendiendo y con esfuerzo. Pero para ello hay que empezar desde abajo, esforzándose y sin mirar otra cosa que aprender cómo hacer bien la actividad y demostrar que se puede confiar en él o ella, porque no siempre la vaca va a dar la leche directamente, ya que llegará un momento en el que…habrá que ordeñarla, y a lo mejor ya es tarde.