La importancia del turismo nunca ha estado tan clara tal y como resaltó la OMT una vez finalizado el debate especial sobre el turismo que, por primera vez, se llevó a cabo este mismo año por la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero también la situación del sector ante un punto de inflexión mediante el rápido avance de la digitalización, así como las amenazas evidentes del cambio climático.

 

Es incuestionable que la OMT plantea este lema con visión de futuro, intentando marcar objetivos en los que el turismo sea herramienta y no fin para la consecución de las metas de los objetivos de desarrollo sostenible. En algunos casos elemento de desarrollo de las comunidades, en otros, la adaptación en otro turismo que se pueda ejercer compatible con la situación de emergencia climática, o reconversión en aquellos destinos en los que golpeará con mayor virulencia los efectos del cambio climático.

 

Esa visión de futuro parece que plantea centrar el tiro en lo importante por delante de lo urgente, la oportunidad de la estrategia con respecto a la torpeza de la ausencia de planificación. Elementos que desde Servicios-CCOO PV compartimos a la hora de desarrollar nuestras propuestas hacia qué sector turístico queremos en el futuro.

 

Y esa razón quizá explique algunos de los errores que consideramos se cronifican en el sector y en las políticas públicas al servicio del mismo. Errores que confunden el desarrollo del sector para la importancia de la comunidad con la importancia del sector para el desarrollo de las comunidades, ese crecimiento acompañado del victimismo empresarial que roza la excelencia en la ciencia del todologismo, tanto vale para un debate como para otro, siempre salen perjudicados. Errores que confunden la desigualdad social con su crisis, en muchos casos no económica, sino casi existencial. Errores como los de alimentar hasta la saciedad debates basados en la subjetividad o en su propio interés, pero siempre elevados a la máxima expresión. “El Gobierno ahoga”, “Tenemos que cerrar negocios por falta de vacantes” son expresiones que se repiten hasta la saciedad, porque lo importante es colocar el mensaje.

 

Más preocupante es que determinadas instancias políticas hagan suyos sus mantras, representando una función teatral cuyos espectadores o están conmigo o contra mí. Estamos acostumbradas a escuchar con demasiada frecuencia en los centros de trabajo “estás en mi casa y aquí mando yo”, en un ejercicio que demuestra que aún hoy, la democracia se quedó en la puerta de atrás del hotel o restaurante. Lástima cuando con la misma frecuencia se demuestra que ese poder empresarial se traslada a una política que antepone estas soflamas al interés general.

 

Repensar el turismo es dignificar las condiciones laborales y las vidas de sus trabajadoras, trabajadores y del territorio que habitan. Repensar el turismo, en los mismos términos que acordó este año la OIT en la reunión técnica sectorial, es reforzar la formulación y aplicación de estrategias para lograr una recuperación centrada en las personas, sostenible, inclusiva y resiliente. Repensar el turismo es garantizar los medios para que se pueda ejercer en el medio largo plazo. Repensar el turismo es levantar la vista y mirar claro, y como decía el autor del Principito, para ver claro basta con cambiar la dirección de la mirada. Recuérdenlo hoy y el resto de días.