Una de las principales reglas que toda organización, sea pública o privada, deber aplicar taxativamente cuando se plantea una inversión en tecnología e innovación es la cuantificación previa, aunque aproximada, del valor que va a generar, tanto para el cliente como para el usuario, para la propia organización y, especialmente, para la sociedad y el entorno, un valor que debe ser tangible y medible.

Centrándonos en el impacto positivo, para la sociedad, que la innovación puede generar y en cómo puede ayudar a solucionar los importantes retos y desafíos de la humanidad, hoy me centraré en el Blockchain, en la Inteligencia Artificial y en la Computación Cuántica. Tres tecnologías que, de manera emergente y disruptiva, su aportación de valor está siendo protagonista en la época que acontece, y que lo seguirán siendo durante los próximos años con mayor profusión, no solo de manera individualizada, sino con la hibridación de varias de ellas, e implementadas, a su vez, en otras capas de innovación como son la comunicación móvil, las redes sociales, el metaverso o la gamificación.

El necesario debate de las criptomonedas está encima de la mesa, y ciertamente es clave proteger a las personas de cualquier peligro. Por ello, la regulación coherente, el ordenamiento con sentido y la supervisión son elementos necesarios para evitar que la libertad se convierta en anarquía o en caos. Si bien, esto no puede convertirse en un freno al potencial de la tecnología y a sus derivadas aplicaciones que impida que el avance y el progreso se abran camino. O pagaremos un elevado coste de oportunidad en términos de bienestar de la sociedad.

No voy a explicar qué es el blockchain, para ello remito al lector a que busque en YouTube o Google el video de Alberto Gómez Toribio, quien ha asesorado a entidades como Bankia y a organismos reguladores, que en 2018 en el I Foro Internacional de Blockchain de Suma Gestión Tributaria en la EUIPO lo explicó de forma magistral para los no iniciados. No obstante, sí voy a enunciar algunos ejemplos de cómo esta tecnología puede aportar valor a la sociedad y a las personas más vulnerables.

Vivimos en un mundo con problemáticas como el acceso a la financiación en países porque están desbancarizados, todavía existen lugares donde la usura permite que unos pocos abusen de la mayoría con intereses desproporcionados, e incluso hay países cuyo régimen dictatorial impide el acceso libre al crédito. Pues bien, la tecnología de cadena de bloques y las criptomonedas hacen posible que cualquiera con un teléfono móvil (por cierto, hasta en los países más pobres es un bien de tenencia masiva) pueda acceder a crédito y a financiación, evitando así los problemas mencionados anteriormente. Y, además, dicha tecnología permite la trazabilidad y el seguimiento de los movimientos con cierta transparencia. Una tecnología que propicia los microcréditos y el fenómeno emergente crowdlending (crowd=multitud, lending=prestar dinero).

Un ejemplo real que siempre pongo en mis artículos y conferencia, desde que los conocí en el Crypto Plaza Forum Madrid 2021, es el caso de emprendimiento social de la startup EthicHub, una empresa que conecta y permite acceder a grupos de pequeños agricultores, de zonas pobres y sin acceso a capital con la financiación necesaria para poder cultivar y vender directamente sus cosechas en otras partes del mundo. Sin intermediarios, con un claro seguimiento y trazabilidad, no solo de la financiación obtenida, sino también del producto de origen, en este caso café. Empresa que además contribuye en nueve de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Quienes asistieron al I Forum Europeo de Inteligencia Artificial Alicante 2022, impulsado por Prensa Ibérica, Encuentros NOW y Ellis Alicante (y a las personas que no les fue posible les invito a que tiren de hemeroteca o videoteca) pudieron tangibilizar el valor que esta tecnología, la IA, puede aportar a la humanidad con foco en la salud y el bienestar de las personas. Además de las referencias a la ELA que puso Lama Nachman, la mujer que devolvió la voz a Stephen Hawking, se vieron muchas otras aplicaciones de esta tecnología para el avance en la solución de enfermedades como el alzheimer o el cáncer, para anticiparse a posibles suicidios, para la inclusión de las personas con ceguera o en la Medicina Reproductiva.

Si bien, el verdadero paso de gigante y el “gran salto para la humanidad”, como diría el afamado astronauta Neil Armstrong, será gracias a la hibridación de la Inteligencia Artificial con otra tecnología emergente que aparece en el terreno de juego y que se denomina Computación Cuántica. Se podrán resolver problemas tan complejos que los ordenadores clásicos ni si quiera hoy se pueden plantear. Centrándonos en temas de impacto social positivo, un ejemplo de uso es en la predicción meteorológica, vital tanto para optimizar los cultivos y acabar con la hambruna en el mundo, como para evitar las grandes catástrofes naturales.

Hablando con la Vicepresidenta de IBM Consulting Olga Blanco sobre la apuesta firme de su compañía por esta tecnología, pioneros con Eagle (su procesador cuántico) y que acaba de presentar mundialmente el nuevo y todavía más potente Osprey, pusimos en valor las palabras de Darío Gil, Vicepresidente Mundial y Director IBM Research, quien postula que la combinación de Inteligencia Artificial y la Computación Cuántica nos permitirá acelerar el proceso de descubrimiento científico, es decir, que podremos hacer los procesos científicos exponencialmente más rápidos de lo que podemos actualmente, ayudando a resolver grandes desafíos y retos para la humanidad. Hoy en día imposibles e impensables, entre otros la solución al cambio climático, saber el origen de enfermedades o la transición energética. Así mismo, se podrán lograr avances en la creación de nuevos materiales con gran funcionalidad como: las baterías sostenibles, el descubrimiento de vacunas, fármacos más eficaces, fertilizantes más eficientes, etc.

Que China haya destinado ya más de diez mil millones de dólares a Computación Cuántica y que Estados Unidos vaya a invertir, según se ha publicado, más de mil doscientos millones antes de 2023 es todo un indicador.

Dicho lo que antecede, puesto que todo en la vida tiene su opuesto o su lado perverso, a pesar de la buena intención del creador para generar valor de impacto social, será clave prestar atención tanto a los temas éticos como a las posibles amenazas que este potencial tecnológico pueda precipitar. Por ende, Europa, España, la Comunitat Valenciana y especialmente Alicante no pueden bajar la guardia, tanto en Blockchain, en Inteligencia Artificial, Computación Cuántica y otras tecnologías disruptivas como en la hibridación de ellas. Y para ello, voluntad, creatividad, inversión, formación y colaboración.