La falta de donaciones de sangre y el movimiento asociativo

Un donante de sangre en la UA, en una imagen de archivo.

Un donante de sangre en la UA, en una imagen de archivo. / INFORMACIÓN

Martín Manceñido Fuertes

Casi todos los días vemos en los medios de comunicación anuncios, alertas, peticiones, en definitiva, de donantes de sangre, porque las existencias y/o las reservas de donaciones en algún centro de transfusión, están en situación límite o preocupante.

Es sabido que las reservas del número de donaciones de todos los grupos están condicionadas a las necesidades estadísticas de los diferentes hospitales, debido a la caducidad, 5-6 días, de uno de sus componentes principales, las plaquetas. Cada centro de transfusión conoce las necesidades diarias de los hospitales a los que tienen que suministrar la sangre. Cualquier desequilibrio de esas donaciones diarias alteran las reservas. La pregunta es por qué esas alteraciones se producen con tanta frecuencia. A este respecto sabemos que hay motivos habituales como vacaciones, días seguidos de fiesta, complicaciones de gripe o simplemente meteorológicas.

Bien, para corregir esta situación, los centros y las asociaciones de donantes hacen llamamientos a través de los medios de comunicación o directamente a los donantes, en la actualidad, generalmente, vía sms.

Como quiera que sea, la evidencia de que esta situación se da con demasiada frecuencia, es inevitable pensar en otras causas, que sin duda las hay y desde luego la más significativa es la desactivación intencionada y controlada con ahínco y perseverancia del movimiento asociativo de los donantes de sangre.

En España llegaron a existir hasta 85 asociaciones o hermandades de donantes de sangre. En la actualidad subsisten como tal, alrededor de 50 y casi la mitad con una débil actividad asociativa. Esa debilidad asociativa no se ha producido por casualidad o por arte de magia y por supuesto bien a pesar de las propias asociaciones.

El movimiento asociativo de los donantes de sangre en España se ha debilitado por imposición, por la falsa creencia que los donantes de sangre van a responder a los llamamientos de los centros, porque sí, porque el fomento y la divulgación solidaria del colectivo ya lo hicieron las asociaciones o hermandades de donantes y por tanto ahora no hay más que señalar en los medios que falta sangre y ¡¡resuelto el tema!! Craso error.

Ese debilitamiento ha sido fomentado desde dentro del ministerio de sanidad y por supuesto por grupos directivos de presión de varios centros de transfusión. No es nada nuevo y ha sido reiteradamente advertido de sus consecuencias por las asociaciones o por sus federaciones autonómicas y la propia nacional, pero esa minusvaloración o deterioro de las asociaciones ha seguido su curso.

Los donantes de sangre se han agrupado como socios de sus asociaciones, aquí y en toda Europa y requieren de una atención y defensa de sus derechos que ahora están en entredicho. Requieren pertenecer a un colectivo del que forman parte esencial y del que reciben atención permanente, además de recibir sus distinciones por llegar a un determinado número de donaciones, asistir a sus asambleas, a sus jornadas formativas y divulgativas de tipo local, comarcal o provincial especialmente.

Este es el gran error de las autoridades sanitarias, de cuya circunstancia han sido advertidas las consejerías de sanidad de las comunidades autónomas a través del consejo interterritorial y el propio ministerio, pero todos han hecho caso omiso.

Este es el resultado, con la seguridad que irá a peor, si no asumen su error y ofrecen ayuda y colaboración efectiva a las asociaciones o hermandades de donantes de sangre, que son quienes más y mejor conocen lo que hay que hacer para fomentar las donaciones y fidelizar a los donantes que ya lo son.

Despreciar al movimiento asociativo de los donantes de sangre es algo inaudito ya que debiera ser todo lo contrario, mucho más, cuando se trata de asociaciones formadas por voluntarios con mínimo soporte económico y enorme trascendencia en sus fines solidarios y su repercusión en la recuperación de la salud de enfermos y accidentados y la salvación de muchas vidas cada día.

Solo aplicando sentido común por parte de los políticos y responsables sanitarios, deberían darse cuenta que enrocarse en la prepotencia, cuando no autosuficiencia mal entendida, solo conduce a restar opciones, y en el mundo de la hemodonación y hemoterapia, necesitamos sumar!!.