Igualdad y empleo público en Elche

Las malas costumbres de décadas no es fácil erradicarlas. Esa reciente sentencia del juzgado en diciembre podría ser un revulsivo que nos ayude a verlo.

Ayuntamiento de Elche, visto desde la Plaça Baix

Ayuntamiento de Elche, visto desde la Plaça Baix / Matias Segarra

Vicente Díez Machín

Vicente Díez Machín

Hemos tenido conocimiento de una reciente sentencia, aún no firme, del juzgado de lo contencioso-administrativo de Elche, que provoca cierto revuelo y se suceden las noticias locales sobre ella porque hay alrededor de cuatrocientos empleados municipales afectados a quienes debemos considerar.

La sentencia es de enero de 2023 y se produce previo procedimiento judicial de protección de derechos fundamentales. La Sra. Juez estima vulnerados los derechos de igualdad de los arts. 14 y 23.2 de la Constitución Española. De suyo se desprende que para llegar a tal conclusión técnico-jurídica ha habido un trabajo previo que no se debería soslayar incluso aunque esa sentencia se revocara mañana en el TSJCV.

Quien esto escribe es funcionario jubilado del Ayuntamiento de Elche, TAG, jurídico. Di clases de derecho público. El día primero de enero de 2023 he vuelto a ser un ciudadano más. Más allá de procesos electorales actuales, leyes polémicas, controversias sobre el poder judicial y otras cosas que no entiendo, me gustaría aportar algunos elementos de reflexión sobre un entorno más cercano: el empleo público municipal en la ciudad.

Ayuntamiento de Elche, fachada principal

Ayuntamiento de Elche, fachada principal / Matias Segarra

Nuestra ciudad es un municipio grande en España; entre la veintena de los de más población. Hay mucha historia en esta tierra. Creo que nos merecemos órganos municipales que cuiden y apliquen bien las más altas leyes porque Elche, hoy, es una entidad local de Europa. Disculpen, ya no somos un pueblo, y si un día lo fuimos ya va siendo hora que pensemos que somos una gran ciudad y actuemos en consecuencia.

Disculpen, ya no somos un pueblo, y si un día lo fuimos ya va siendo hora que pensemos que somos una gran ciudad y actuemos en consecuencia.

Toda ciudad, villa o aldea merece una buena administración municipal. Por eso me parece que el empleo público local, elemento básico de toda organización, debe y puede mejorar. Las raíces del problema están en ciertas malas costumbres que aquí no hemos sabido atajar y que nuestros ediles conocen pero no se atreven a cortar tal vez porque a duras penas ven una receta fácil que lo consiga. O porque están presos de sus concretas opciones electorales. O porque temen un yerro que acabe, vía legal, con sus carreras políticas… Las malas costumbres de décadas no es fácil erradicarlas.

En los primeros años del siglo, allá por 2004 o 2005, el Ayuntamiento de Elche funcionarizó a prácticamente todo su cuadro laboral; decisión discutible. Y hoy, aquí, en 2023, todavía es costumbre (discriminar nunca puede ser bueno; lo señalan los más altos tribunales) adscribir a los funcionarios a los puestos de trabajo sin previos procedimientos convocados públicamente, escritos y válidos, respetando los principios de igualdad, mérito, y capacidad. Ordenada y sistemáticamente en el tiempo. En mi subescala TAG no he conocido un procedimientos válido desde 1985 y ha llovido. Un día esto terminará; no puede seguir así. Y esa reciente sentencia del Juzgado en diciembre podría ser un revulsivo que nos ayude a verlo.

Todavía es costumbre adscribir a los funcionarios a los puestos de trabajo sin previos procedimientos convocados públicamente, escritos y válidos, respetando los principios de igualdad, mérito, y capacidad.

Ojalá estas palabras no se queden en palabras. Me asiste el ideal de justicia y derecho que es Atticus Finch, aquel arquetipo de abogados que en 1960 creó N. Harper Lee en una deliciosa novela norteamericana. Munícipes de Elche: no discriminen por favor, que se pasa muy mal y un día les pueden discriminar a ustedes. Así lo entiendo.