El lado oscuro del verano

Niños en un colegio.

Niños en un colegio. / VICENTE ROSO (EFE)

Antonio Cuevas

Antonio Cuevas

El lado oscuro del verano, asociado a las vacaciones, playas repletas de turistas, luchando a veces por un puñado de arena; vacaciones, no hay clases, las escuelas están desiertas, un silencio insólito reina en los pasillos y en los comedores a la espera de septiembre. Muchas familias, muchos menores, están deseando que llegue septiembre, en la escuela comen, es más importante que aprender a sumar y restar. La pediatra Dolors Candell Sendra, asegura que en España cerca de dos millones de menores pasan hambre, una desnutrición crónica que tendrá consecuencias durante toda su vida. Candell certifica que cada vez más familias que concurren a las consultas tienen problemas económicos y sociales. Una sociedad que se ha acostumbrado a la desigualdad como algo natural que no tiene solución.

Miles de niñas y niños están deseando volver a clase. Iniciativas no faltan pero son insuficientes y este drama se repite todos los años, en las mismas fechas, las administraciones no pueden aducir que fueron sorprendidas por el acontecimiento. Se trata de una violación de un derecho humano básico, no es decente que esto suceda en un país desarrollado, en donde tantos alimentos se tiran a los contenedores, a la basura. Y esto mismo sucede en otros países inclusive más desarrollados que España y en gran parte del Planeta millones de menores mueren de hambre todos los años. ¿El lado oscuro del verano? El lado dramático, que tendría que dar vergüenza. Hay poca memoria de cuando las abuelas no tiraban ni un pedacito de pan duro.