En terapia

Blanca Portillo, en 'Días mejores'.

Blanca Portillo, en 'Días mejores'. / Mediaset

Antonio Sempere

Antonio Sempere

La serie Días mejores, que contaba con un reparto estupendo encabezado por Blanca Portillo, se basa en una terapia de grupo con la particularidad de que cada uno de los capítulos estaba dedicado a uno de los personajes. Fue una de las 9 series presentadas en el Festival de Málaga de este año, celebrado del 10 al 19 de marzo, dentro de la sección Pantalla TV. Me atrevo a decir que una de las más notables.

La producción acaba de estrenarse en Telecinco con unos resultados desastrosos. Los dos primeros capítulos registraron una audiencia similar a la que atraen las reposiciones de Curro Jiménez en La 2. La reacción de la cadena no se hizo esperar: la semana siguiente programó tres capítulos de una tacada en la madrugada.

La serie dirigida por Alejo Flah no merecía ese tratamiento. Los episodios deben ser digeridos sorbo a sorbo. Las actuaciones de Francesc Orella y Marta Hazas, el tono y el ritmo pausado de cada una de las entregas no casaban con los grandes atracones.

Recapacitemos un momento acerca de dónde terminó otra de las series presentadas en esta misma sección del festival malagueño, Los pacientes del doctor García: en las madrugadas de los miércoles de TVE. No quiero ni pensar en lo que puede ocurrir en la emisión en abierto de Las noches de Tefía de Miguel del Arco.

Todo ello nos debe llevar a una profunda reflexión acerca de los modos de consumo de la ficción, y a la evidencia de que las series no diarias, que son las más caras de producir, no resultan en absoluto rentables, puesto que los espectadores de las televisiones en abierto las rechazan. Surgen pues interrogantes entonces en torno a su futuro. ¿Se desinfla la burbuja?