Más museos y fundaciones

Un grupo de turistas visitan las instalaciones del Museo del Calzado de Elda.

Un grupo de turistas visitan las instalaciones del Museo del Calzado de Elda. / ÁXEL ÁLVAREZ

Javier Cuervo

Javier Cuervo

Qué difícil es salir de un museo. Antes era difícil entrar: había pocos y abundaba la gente que ni muerta quería aburrirse entre óleos y esculturas, entre animales disecados y momias de civilizaciones antiguas. Ahora que la pieza más importante del museo es uno mismo, fotografiado al lado de la Gioconda, lo único que impide entrar en un museo es la cola que se forma en la puerta.

Si vas distraído por las calles españolas es fácil que entres en un museo sin darte cuenta, de pura proliferación, porque a los alcaldes les gustan mucho y les dedican edificios que para sí quisieran los vecinos como viviendas. No hay política de vivienda pública, pero hay política de museos en competencia con la iniciativa privada porque los millonarios, que desgravan y especulan con el arte, no quieren un bodegón en el comedor como los burgueses ni unos dioses paganos desnudos en la sala de sestear, como los reyes. Los millonarios quieren un museo que lleve su nombre y enseñe su inversión en arte y así pagan menos impuestos, ganan más dinero y mejoran las relaciones públicas. A los millonarios no se les ocurre hacer viviendas para pobres como no se les ocurre martillarse los testículos.

Los millonarios y los okupas comparten el gusto por los edificios abandonados y las viejas instalaciones de industrias periclitadas, pero los millonarios restauran mejor porque subcontratan la técnica y la estética a los arquitectos.

De Podemos no quedan ni ministras, pero cuando ese partido obtuvo las primeras concejalías le dieron a las casas consistoriales el mismo aire de okupación que a los edificios donde se habían formado, convirtiendo los balcones municipales en tendales de ideologías minoritarias.

No se entiende por qué no se reclama a los ayuntamientos que hagan más caso a los vecinos que están en la calle que a los objetos artísticos en hermosos edificios de historia y de vanguardia. Los ayuntamientos deben construir más viviendas que museos ahora que los precios de los pisos y las subastas de grandes piezas en Sotheby’s no difieren.

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