CRÍTICA TEATRO

Inteligencia deshumanizada en “Adictos”

Lola Baldrich, Lola Herrera y Ana Labordeta en la obra "Adictos"

Lola Baldrich, Lola Herrera y Ana Labordeta en la obra "Adictos" / PENTACIÓN ESPECTÁCULOS

Marc Llorente

Marc Llorente

Adictos

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

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De Daniel Dicenta Herrera y Juanma Gómez. Dirección: Magüi Mira

Se especula con el hecho de que la inteligencia artificial supere al ser humano y pueda administrar a la sociedad en un futuro próximo, totalitario, que ahí precisamente tiene lugar la acción de «Adictos». En vez de suponer una mejora o una liberación, acontece lo opuesto.

Lola Herrera tiene el papel de creadora de IA que erróneamente ha situado al servicio de la indeseable empresa Global. Lola Baldrich es una doctora. Ana Labordeta es la periodista en esta obra del hijo de Herrera, Daniel Dicenta, y de Juanma Gómez. Cierto es que las tecnologías han cobrado un gran protagonismo y que en muchos casos nos dominan en lugar de dominarlas nosotros. La situación es imparable. Una forma de progreso basado, en buena medida, en una galopante deshumanización.

Es un asunto vivo y de interés donde se juega a ser dioses, aunque existe un problema. El texto. Vale como teoría. En la práctica teatral no tiene la relevancia que el tema requiere. Resulta insulsa, y la dirección de Magüi Mira no puede contribuir a mejorar ese panorama frío, distante. Aun así, la puesta en escena tiene una notable elaboración.

Lola Herrera es esa dama de los escenarios que concita toda la atención y que merece mejor fortuna junto a Baldrich y Labordeta. La protagonista habla, expresa y se dialoga. Pocas cosas suceden en el espacio de una clínica psiquiátrica futurista con cama y sillas como vestigios de un ayer diferente. Las tres muestran calidad y sostienen el tenderete escénico dentro de lo posible.

En más de una ocasión no es igual lo que se pregona en la sinopsis de un espectáculo o en una rimbombante descripción que lo que se palpa después. La planitud persiste y se afirma que la realidad de la pieza es la expansión de la manipulación y la desinformación. En suma, buenas y necesarias intenciones, eso sí, de una débil obra.

El numeroso público del Principal de Alicante valoró especialmente la carismática presencia de Lola Herrera. Ahora bien, no se puede ocultar el mencionado déficit.