SALÍ DE CASA CON LA SONRISA PUESTA

¿Tutear, o hablar de usted?

Luis Beltrán Gámir

Luis Beltrán Gámir

Vaya por delante que yo le hablo de tú a prácticamente todo el mundo. No me gusta que me hablen de usted, me hace parecer mayor (y yo quiero tener, como cantaba Bryan Adams, “18 hasta que me muera”) o una persona importante, cuando el que suscribe es feliz viviendo lejos de los focos. Hablar de usted por norma lo veo un tanto rancio, arcaico, propio de otros tiempos. Cuando voy a cualquier pequeño comercio, jamás me hablan de usted. Supongo que habrá gente a quien le resulte violento que les tuteen, tal vez sea por edad o simplemente porque se consideran a sí mismos grandes personalidades, a quienes hay que rendir pleitesía.

Ahora bien, cuando hablas con una persona mayor, creo que el tema cambia, máxime cuando es alguien a quien apenas conoces, que dudo que se vea rejuvenecido por el tuteo. Lo mismo puede ocurrir en una discusión. Tras un accidente de tráfico, si el tema se pone complicado, insultar a alguien a quien hablas de usted es francamente difícil. Obviamente, dentro de la sala, en un juicio, es impensable tutear al juez. Diría que, como norma general, si tu interlocutor tiene un cargo, hay que hablarle de “usted”, salvo que sea él quien te pida expresamente que le cambies al “tú”. Resultaría cuanto menos chocante empezar con un: "Hola, corazón", a una persona de cierta edad y posición social a quién ni siquiera conoces.

El "usted" sirve también cuando quieres guardar distancia con tu interlocutor, y así evitar confianzas que te resulten incómodas, tal vez porque esa persona te repela un poco. No obstante, yo creo que el “tú”, dicho con educación, respeto y civismo, puede ser tan o incluso más educado que el "usted".

El castellano es un idioma muy rico, que permite diferenciar el “tú” del “usted”, al igual que el francés (“tu/vous”). Pensad que en inglés siempre es "you". Hay que respetar a la gente que no tutea a nadie que no conozca, pero, qué quieres que te diga, a mí me echa para atrás.

¿Qué pasa cuando hablas por teléfono con un desconocido? Te llama el perito de tu compañía de seguros, por ejemplo. Aquí tal vez proceda siempre el "usted", pero reconozco que yo les tuteo, porque creo que invita más a la confianza, a romper el hielo, y, en la mayoría de los casos, no es ofensivo.

Lo mismo que cuando te presentan a una mujer. ¿Qué procede? ¿Besarle la mejilla, o darle la mano? Yo opto normalmente, cuando me extienden el brazo en plan karateka, por besarle la mano, y, además, hago una pequeña reverencia. Aunque esté pasado de moda, creo que es más galante, y seguro que le sacas una sonrisa. Y piensa que esa sonrisa es tu tarjeta de visita, la forma que haces sentir a los demás.

Cuidadín con dar dos besos, recuerdo el caso de Richard Gere, que besó en la cara a una actriz hindú para un tema benéfico, y aquello acabó como el rosario de la aurora (expresión que viene de una batalla campal al alba, entre hermandades de Cádiz, en el siglo XVIII) ya que allí está muy mal visto el contacto público entre hombre y mujer. Desde luego, en la pandemia, era implanteable. Hace cien años, cuando la peña veía a gente besarse en mitad de la calle, se escandalizaba, por falta de pudor. Durante el Covid, también lo hacían, pero diciendo: “Locos, qué vais a contagiaros el bichito”.

Me consta que hay una serie de normas de protocolo que no dicen para nada lo que yo estoy aquí escribiendo. Únicamente estoy dando mi punto de vista, sin pretender educar a nadie. Porque, para mí, el "usted" es algo jerárquico, crea distancia, mientras que el “tú” es más horizontal, busca la cercanía... Y, si este tema ya es complicadito para un españolito cualquiera, ¿cómo se lo explico a mi amiguete inglés? Recordemos la canción de M Clan, que hago mía: "soy el antihéroe, no me trate de usted”.

Acabaré pidiéndote, amigo lector, que este espíritu navideño que tienes estos días tan guay de jijijajajojo, no se desvanezca, como el célebre monólogo de Ruger Hauer (cuyo final escribió el propio actor holandés) en Blade Runner, “como lágrimas en la lluvia”, y permanezca cuando llegue el caloret. Rita Barberá no creó el valeñol (sospecho que me acabo de inventar una palabra), los alicantinos lo dominamos desde siempre. ¡Sonríe todo el año, leñe! Que tienes el privilegio de vivir en la millor terreta del món. Bon any a tothom. Y que no caiga en el olvido la injustificable agresión al pueblo ucraniano.