ESTO NO ES UN CUADERNO

Rebelde sin pausa

La cruz de los caídos del Passeig de Germanies, cercada por material de las obras.

La cruz de los caídos del Passeig de Germanies, cercada por material de las obras. / ÁXEL ÁLVAREZ

Gaspar Macià

Gaspar Macià

«A veces lo que es contra lo justo por la misma razón deleita el gusto».

Arte nuevo de hacer comedias (1609) de Lope de Vega

El alcalde ilicitano, Pablo Ruz, ha entrado en modo Rebeldía Institucional. No hace caso al Defensor del Pueblo, que en un segundo requerimiento le insiste y ratifica que debe retirar la cruz de los caídos del Passeig de Germanies y le reconviene por parapetarse tras informes técnicos hechos para justificar a posteriori la decisión del gobierno local PP-Vox. Y añade en su nuevo escrito el alto comisionado que dirige Ángel Gabilondo que dará cuenta del tal empecinamiento incumplidor en su informe a las Cortes Generales, de las que formó parte el propio Ruz como senador en la pasada legislatura. Para que conste en el seno de la soberanía nacional y para la historia memorística.

Dice asimismo el alcalde popular que tampoco hará caso a la Comisión Europea, que también se ha pronunciado, igualmente a petición del PSOE, advirtiendo de que si no se cumple la legislación vigente española (verbigracia: Ley de Memoria Democrática), deberá reintegrar el importe de la subvención de los fondos comunitarios destinados a la reforma del paseo. Poca cosa: unos 85.000 euros, dado que solo se han podido certificar 170.000 (del millón largo presupuestado para este histórico espacio público) en la fecha tope del 31 de diciembre, por la demora en su adjudicación/ejecución.

«No pasa nada, això ho pague jo», ha venido a decir Ruz en su contestación al ejecutivo europeo que encabeza su correligionaria Ursula von der Leyen. Bueno, en realidad no lo pagará él de su bolsillo, que el sueldo no le llega para tanto (ni con el suplemento por las reuniones de Pimesa), sino que lo harán las arcas municipales. Total, eso es calderilla con todo lo que tiene que asumir el erario público de las subvenciones europeas que no llegarán por los retrasos en los proyectos Edusi.

La cruz prevalecerá, aseguró rotundamente la portavoz Aurora Rodil en el pasado mandato cuando estaba en la oposición. Y lo reitera ahora como socia de gobierno, con más vehemencia si cabe, en cada tertulia, entrevista o debate plenario que se le cruce por delante. O sea, que este pulso institucional va a ir para largo y seguro que este será uno de los temas recurrentes del actual mandato. De momento, en cualquier caso, no hay que sacar todavía las cadenas para aherrojarse al monumento, que el proceso solo acaba de empezar. Hasta el Tribunal Supremo y el de Derechos Humanos aún queda recorrido. Atentos.

Por si acaso, Ruz ha recordado a los ediles de la oposición que si tienen ocho dedicaciones exclusivas, gracias a su magnanimidad, es para trabajar por y para el pueblo que los ha elegido, y no para convertirse en unos quejicas ante el Defensor del Pueblo, Síndic de Greuges, la Unión Europea o el Icomos (que probablemente será el siguiente organismo al que recurran si sigue adelante con el aparcamiento bajo la plaza de las Flores). El mensaje subliminal (o no tanto) que alguno sacará de la advertencia es que mucho ojo con la contumacia opositora, porque las dedicaciones exclusivas igual que vienen se van, y el dinero asignado a tal cometido, lo mismo. Por mucho que se encomienden a santa Rita de Casia.

Sin embargo los socialistas siguen mordiendo la mano que les da de comer, dale que te pego con sus críticas a lo que hace (o no) el alcalde y su gobierno. Como sus pertinaces dudas sobre el futuro palacio de congresos que supuestamente pagará la Diputación (total o parcialmente, que ahora no está tan claro) o la sede de la institución provincial en la antigua aula de cultura de la CAM, en la Glorieta. Proyectos de los que, por el momento, solo hay anuncios y reanuncios, pero de forment, ni un gra. Ruz les ha replicado que no desesperen, que todo marcha según lo previsto, o casi, hombres y mujeres de poca fe. Que aunque no haya un solo euro para ambas actuaciones en el presupuesto aprobado para este año, sí que está previsto que se contemplen en las inversiones del remanente del pasado ejercicio. O sea, que no son plato principal, pero habrá sobras para llevar a casa. Preparen el táper.

Algo parecido pasa con la Ronda Sur, también objeto de críticas por parte de la oposición izquierdista rencorosa, vial del que aseguran que no se ha movido ni un papel en estos ocho meses de gobierno de las derechas. El alcalde ya se entrevistó con el responsable autonómico del asunto, porque Ruz no es de los que se queda a verlas venir ni se conforma con firmar protocolos que luego resulta que se escribieron con tinta invisible, sino de los que va donde hay que ir para pedir lo que hay que pedir. Buenas palabras, palmaditas en la espalda pero la realidad es que, en efecto, todo sigue igual que hace años. O casi.

Como el antiguo convento de las Clarisas, para el que tras la frustrada propuesta de hotel boutique defendida por el alcalde socialista Carlos González, sigue sin ningún proyecto viable (ni tan siquiera alguno inviable) que avale su rehabilitación integral. No hay que desesperar, porque conociendo el cariño de nuestro alcalde y sus iniciativas respecto al patrimonio histórico, sin duda presentará en breve alguna idea estupenda para darle el uso y el esplendor que tal inmueble requiere, después de que, según parece, ya no albergará la sede del museo de arte contemporáneo de la Generalitat, prometido por el president Carlos Mazón en campaña.

La cuestión es que en estos asuntos relativos a administraciones más próximas, tanto en lo geográfico como en lo político, el alcalde no exhibe rebeldía institucional alguna por los contratiempos, retrasos y dudas. Todo lo más unos lamentos de vez en cuando y sin levantar la voz por la tardanza burocrática en general (qué vamos a contar de la ampliación del Parque Empresarial, declarada urgente por el Consell del Botànic hace siete años) y de estos proyectos en particular.

Y es que el ímpetu, el empeño y la determinación que caracterizan a Ruz (en las antípodas de su antecesor socialista en la Alcaldía) van a chocar irremisible y desgraciadamente con los lentos procesos administrativos, más farragosos cuanto más sube el ámbito de tramitación. Lo cual generará, sin duda, atisbos de frustración no exentos de desesperación en el ejecutivo local y en su cabeza visible. Así que paciencia, que como dejó escrito Plauto, es el mejor remedio para todas las tribulaciones. Pues eso.

En cualquier caso, nuestra primera autoridad no se arredra ante las dificultades. Al contrario, le motivan e impelen a enfrentarse a ellas y superarlas. Es como Pedro Sánchez en alcalde, salvando las diferencias geopolíticas, claro. Ruz es un hombre con una misión y nada ni nadie le va a apartar de ella, ya sea el Defensor del Pueblo o la mismísima Von der Leyen. La cruz se queda, la Ronda Sur y el palacio de congresos se harán; el tranvía llegará, si no en esta legislatura en alguna de las sucesivas o subsiguientes; el Mercado Central se rehabilitará, se instalarán allí los placeros y los bares que haga falta, con parking incluido en la plaza contigua; las antiguas Clarisas serán un gran centro cultural de lo que sea y el Elche subirá de nuevo a Primera. Y lo demás también. Todo es cuestión de fe y de perseverancia, y ya se sabe que quien persevera alcanza.

Que se lo digan si no (cambiando de tercio, como diría el vicepresident taurino Vicente Barrera) al ex alcalde, secretario local, provincial y diputado Alejandro Soler, que de tanto perseverar para ser el sustituto de Ximo Puig al frente del PSPV,se ha pasado de impulso y acabará en el próximo congreso no de secretario general sino de presidente, en lo alto de todo. Lo malo es que se trata de un cargo meramente honorífico, sin capacidad ejecutiva, no como en el presidencialista PP o el caudillista Vox. Pero las pedreas también son premios. Suerte y al toro (no queda más remedio: hay que familiarizarse con los términos de la tauromaquia). Carnaval, carnaval…