Evocación de Antonio Machado, poeta

"Evocación de Antonio Machado, poeta", un artículo de Juan Giner Pastor

"Evocación de Antonio Machado, poeta", un artículo de Juan Giner Pastor

Juan Giner Pastor

Juan Giner Pastor

Ayer, 22 de febrero, se conmemoró el 85 aniversario de la muerte de Antonio Machado, que nació el 26 de julio de 1875 en Sevilla, en una de las casas que formaban parte del Palacio de Las Dueñas, propiedad de los duques de Alba, quienes las tenían alquiladas a familias modestas. Allí vivió hasta los ocho años en un ambiente culto: su abuelo, Antonio Machado Núñez, fue catedrático de Ciencias Naturales y rector de la Universidad de Sevilla y su padre era el ilustre folklorista y abogado Antonio Machado Álvarez.

Cuando Antonio tiene ocho años su abuelo es nombrado catedrático de la Universidad Central y toda la familia se traslada a Madrid. Allí, junto con su hermano Manuel se educa en la Institución Libre de Enseñanza, centro de carácter que influirá poderosamente en su formación e ideas.

A partir de 1889 Antonio comienza los estudios de bachillerato, primero en el Instituto San Isidro y después en el Cardenal Cisneros y en estos años de adolescencia lee apasionadamente a Bécquer y el Romancero. Pronto nace también en Antonio una tímida vocación literaria, relacionándose con el mundo de las tertulias madrileñas.

Pero aquellos años despreocupados no van a durar mucho. Con la muerte del padre en 1893, y del abuelo en 1896, la situación familiar llegó a rondar la pobreza. La urgencia de trabajo hace que Antonio marche a París en junio de 1899, a reunirse con su hermano Manuel, que llevaba allí algún tiempo. Hasta el mes de octubre en que regresa a Madrid, trabaja Antonio con su hermano de traductor en la Editorial Garnier. En 1902 Machado realiza un segundo viaje a París donde conoce a Rubén Darío, a quien admirará siempre y que influirá poderosamente en sus primeros versos.

A primeros de 1903 Machado publica en Madrid su libro “SOLEDADES” iniciando su amistad con otros jóvenes escritores de talento: Valle Inclán, Azorín, Villaespesa, Jacinto Benavente.

Por esta época Antonio Machado prepara oposiciones a una cátedra de Lengua Francesa, obteniendo en 1907 la del Instituto de Soria. De su primer contacto con esta ciudad y su entorno surgen los poemas inspirados en el paisaje soriano e incorporados a su libro “SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMAS”, que es a modo de una nueva edición corregida y ampliada de su anterior libro “Soledades”.

En Soria, Antonio Machado vive en una modesta pensión cercana al Instituto: la dueña de la pensión tiene dos hijas, y en julio de 1909 se casa con una de ellas, Leonor Izquierdo Cuevas, 16 años menor que el poeta. Estos años de Soria son de auténtica felicidad y de trabajo creador para Machado, aunque también se hace más honda su preocupación por España, que va a reflejarse desde entonces con frecuencia en su poesía y en su prosa.

En 1910, pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios, Antonio marcha con Leonor a París, donde su mujer enferma de tuberculosis, y vueltos a Soria Leonor muere el 1 de agosto de 1912, a los pocos meses de publicar Machado su libro capital: “CAMPOS DE CASTILLA”. La muerte de su esposa hunde a Machado en un hondo dolor y deseando salir de Soria, donde los recuerdos le atormentan, pide el traslado al Instituto de Baeza; allí, para combatir la monotonía pueblerina, estudia Griego y Filosofía hasta alcanzar el grado de doctor por la Universidad de Madrid.

En 1919 Antonio Machado se traslada al Instituto de Segovia. Los fines de semana los pasa en Madrid, donde con otros compañeros funda la Universidad Popular, con la intención de llevar la educación a las clases trabajadoras, mediante cursillos y conferencias.

En julio de 1924 Machado publica su tercer libro “NUEVAS CANCIONES”, donde utiliza por lo general los metros cortos y sencillos de la poesía popular para expresar en forma sentenciosa y epigramática sus reflexiones íntimas.

Durante todo este tiempo, Antonio Machado que ya se ha revelado como una de las más altas e influyentes figuras de la lírica española del siglo XX continúa su labor de renovación de la poesía castellana, así en 1926 ve la luz su “CANCIONERO APÓCRIFO”, recibiendo el homenaje de la Institución Libre de Enseñanza y comenzando además una intensa colaboración teatral con su hermano Manuel, siendo elegido en 1927 miembro de la Academia Española.

El 14 de abril de 1931 Alfonso XIII suspende el ejercicio del poder real y decide abandonar España, proclamándose la República. Machado, que —fiel a sus ideas liberales— ha tomado ferviente partido por el nuevo régimen, es nombrado en 1932 catedrático del Instituto Calderón de la Barca de Madrid. Escribe artículos para la Revista de Occidente y el periódico El Sol, manifestando sus pensamientos poéticos, retóricos y filosóficos, siempre mostrando su preocupación por España.

Durante estos años se va fraguando en España el trágico ambiente que desemboca en el desastre de la guerra civil, que sorprende a Antonio Machado en Madrid. Y a finales de 1936 se trasladará a Valencia junto a su madre y sus hermanos Joaquín y José, con sus familias. Durante cerca de 15 meses residen en el pueblecito de Rocafort, muy próximo a Valencia. Allí la salud de Antonio Machado se resquebraja, sintiendo cansancio físico y tristeza en el alma por la crueldad de una guerra que desgarraba a España. Sin embargo, Machado continúa trabajando, todo lo que amaba y había perdido, aquello en que soñaba con melancólica nostalgia, volvía a inspirarle entrañables versos.

El final de la guerra se acercaba y en 1938, cuando el gobierno de la República se traslada a Barcelona, le sigue Machado con su familia, y al poco tiempo, la guerra ya vencida en Cataluña, huyen con la desbandada que se dirige a Francia, en un penoso y accidentado viaje en el que pierde sus papeles, libros y equipaje, pasando la frontera el 27 de enero de 1939. Gracias a un amigo, consiguen no ir a parar a un campo de concentración para refugiados, encontrando cobijo en el Hotel Bougnol-Quintana, de Colliure, donde se les atiende con solicitud. Pero Machado ha llegado gravemente enfermo de bronconeumonía, y muere el 22 de febrero. Al día siguiente, su féretro, cubierto con la bandera republicana, fue llevado a hombros de soldados del vencido ejército de la República hasta el humilde cementerio de Colliure donde numerosos refugiados españoles le tributaron su homenaje…