Contar las Fallas

A la hora de contar las fallas por televisión lo único que ha cambiado, y de qué manera, es la imagen. Todo lo que no sea Alta Definición pasó a la historia. Pero el relato continúa siendo el mismo. Los tópicos se repiten del 1 al 19 de marzo. Lo mismo en las televisiones de aquí que en las de cobertura nacional, que cada vez adelantan más las piezas relacionadas con estas fiestas que son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Las fallas son unas fiestas gigantescas que mueven cifras estratosféricas. Cuentan con un censo de 104.000 falleras y falleros (festero arriba, festero abajo; tantos como trabajadores tiene Mercadona). A ellos hay que añadir otros tantos en todas las poblaciones de las comarcas que celebran fallas en estas mismas fechas. Cada casal es un mundo, en cada fallera habita una novela, en cada calle iluminada una historia, en cada barrio un montón de personajes pintorescos y en cada una de las 350 fallas mayores e infantiles un anecdotario digno de ser contado.

Pero lo que nos encontraremos en los informativos será lo mismo de cada año. Entradillas calcadas a las de siempre. Textos que hablan de generalidades mil veces dichas. Quina barbaritat valenciana.

Ni siquiera hace cuatro años, cuando el corazón se nos encogió a todos tras el anuncio de la supresión de las fiestas, las televisiones estuvieron a la altura. Es verdad que el 14 de marzo de 2020 el cuerpo no estaba para fiestas. Pero quienes tenemos el calendario fallero marcado a fuego nos quedamos mudos, temblorosos, fuera de nuestras casillas.

Las cremàs realizadas clandestinamente con nocturnidad y alevosía nos helaron el alma. La televisión escamoteó imágenes para la historia de lo que supuso una conmoción colectiva.