Facturas de supermercado de Huevos Kinder y pechugas Villeroy; un viaje a Roma del actual presidente de las Cortes, Juan Cotino; picotas de cerezas; y, desde ayer, también cajas de mandarinas con destino a la capital italiana y parte de los urinarios y uniformes del personal de ambulancias con motivo de la visita del Papa a Valencia en 2006. El uso de la llamada caja fija, una cuenta para pagar facturas de menor cuantía inferiores a los 12.000 euros utilizada por los altos cargos del Consell para abonar, fuera de presupuesto y sin control previo, determinados gastos centró la segunda jornada del pleno de las Cortes Valencianas en la que el PP tumbó otras tres peticiones de creación de comisiones de investigación reclamadas por la oposición para indagar sobre el destino de estos fondos, sobre la compra de la firma organizadora de la Fórmula 1 y sobre las medidas de seguridad de FGV. Nueve comisiones vetadas en un pleno al que ayer sí asistió Cotino, ausente el miércoles al ir a Madrid al Día de la Policía, coincidiendo con el debate de iniciativas que afectaban a los negocios de su familia.

Mónica Oltra, diputada de Compromís, defendió la propuesta para investigar el uso que consellers y altos cargos hacen de la caja fija. Un sistema especial de pago que permite el anticipo de fondos fuera del presupuesto para la «atención inmediata» de gastos menores periódicos o repetitivos, como dietas, locomoción, material no inventariable o conservación, y que, como subrayó el socialista Rafael Rubio, ha supuesto un desembolso global para todo el Consell de 351 millones en tres años, entre 2010 y 2012. Incluyendo 2009, 538 millones. Consellers y altos cargos acceden a estas cuentas pero también, por ejemplo, todos los hospitales, que recurren a esta vía para adquirir incluso medicinas, aunque no esté prevista para ello. Una vez justificado a posteriori, se imputa a presupuesto. La revelación de pagos para uso personal de altos cargos ha puesto este mecanismo bajo sospecha. En el último informe de la Sindicatura, se registraron 304 cuentas destinadas a este tipo de prácticas. El auditor público ya advirtió que hay facturas sin justificación suficiente y que el procedimiento sirve para adjudicar contratos a dedo de cuantía superior pero que, en realidad, se torcean en varias facturas inferiores a 12.000 euros para burlar los procedimientos legales de contratación.

Oltra justificó la petición por la existencia de gastos «indebidos» como «compras en supermercados, la comida de Año Nuevo de una subsecretaria o un viaje del entonces conseller Cotino a Roma». En 2011, dijo, se usaron 304 cuentas para este sistema y el Síndic ha censurado que el Consell «no le facilita la lista de perceptores». No fue la única alusión a Cotino. Rubio desveló en la tribuna una factura 379 euros, IVA incluido, para enviar cajas de mandarinas a Italia por Navidad. Después en los pasillos, Cotino explicó que, como conseller de Agricultura, remitió «mandarinas pagadas con dinero público» a tres instituciones de Roma que iban a ofrecer recepciones, para «promocionar los productos valencianos». Sobre el viaje a Roma, explicó que fue invitado por Exteriores, en la época de Moratinos, con motivo de la beatificación de dos valencianos, y que rechazó el hotel fijado por el ministerio por «caro». La residencia de religiosas, en cambio, le costó «40 euros». Además, aprovechó el viaje a Roma para celebrar con valencianos que trabajan en el Vaticano y en las embajadas el 9 d'Octubre, ofreciéndoles una «cena económica».

Rubio desveló más gastos. Según dijo, se pagaron con cargo a la caja fija un coche alquilado para que un conseller de Sanidad fuera a mítines, el enmarcado de litografías de este mismo conseller «que cuando se fue se las llevó», uniformes para los SAMU y hasta parte de los urinarios por la visita papal. Ricardo Costa (PP) justificó que la caja fija está sometida «a nueve controles» y el uso de esos fondos está «diez puntos por debajo» del límite. De la F1, la socialista Eva Martínez denunció que comprar Valmor costó 48 millones, más 14 condonados y la penalización de 52 por no celebrar el gran premio.