­Los impagos del Consell siguen a la orden del día. Pese a las constantes inyecciones de liquidez del Gobierno central, vía préstamo, la Generalitat Valenciana continúa sin poder hacer frente a un buen número de facturas o ayudas. Un dato evidencia esos retrasos. Tal y como informó este diario en su edición del pasado lunes, el Consell cerró el pasado año con 149,8 millones pendientes en intereses de demora. Ahora bien, ¿cuánto creció esa cifra respecto a 2011? Ni más ni menos que en un 36,1 %. De acuerdo con los extensos informes anuales que la Sindicatura de Comptes entrega en las Cortes, la administración autonómica finiquitó el año 2011 con unos intereses de demora (sanciones por pagar tarde sus facturas o subvenciones) de 95,6 millones de euros. La diferencia entre un año y otro, por tanto, alcanza los 54,2 millones.

Y eso que el pasado año la Generalitat se benefició de hasta tres mecanismos de rescate del Ejecutivo central: el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), el plan de pago a proveedores y los préstamos a bajo interés del Instituto de Crédito Oficial (ICO). En total, el Consell recibió 10.820 millones procedentes del Estado para evitar la quiebra.

Sin embargo, todas esas ayudas no fueron óbice para que aumentaran los intereses de demora, para sorpresa de la Sindicatura. «Dicha cantidad (...) disminuirá como consecuencia de la aplicación en 2012 del mecanismo especial de pagos a proveedores», rezaba el informe de 2011. No sólo no se rebajó, sino que creció en un 36,1 %.

Tanto la cifra de un año como la de otro son estimaciones que ha realizado el órgano fiscalizador, puesto que la Generalitat no las ha incluido en sus balances. La Sindicatura, sin embargo, se dirigió a todas las consellerias para saber qué cantidades debían.