La vicepresidencia que exige Unides Podem es el principal punto de conflicto, que no el único, en la negociación de lo que se ha llamado la «arquitectura institucional» del nuevo gobierno del Botànic. Es una situación que afecta especialmente a la confluencia morada y a Compromís, que no ve con buenos ojos socializar la vicepresidencia que ahora ostenta Mónica Oltra en solitario. El PSPV no cierra la puerta de plano, pero pone como condición que haya tres, una por formación, para aceptar la exigencia de Martínez Dalmau y los suyos.

Así se ha planteado en los contactos informales mantenidos en las últimas horas entre representantes de las formaciones de la izquierda, si bien todo está a expensas de que los negociadores de Compromís puedan fijar una posición clara sobre las pretensiones de la coalición en cuanto a número y tipo de carteras del Consell en la reunión prevista hoy de la mesa general para el Botànic II.

De momento, el portavoz socialista en las Cortes y número dos del partido, Manolo Mata, se mostró crítico anoche con las exigencias de Podemos. Fue tajante al respecto: «Va a haber una vicepresidencia», zanjó en un momento de la entrevista. Para Compromís, se sobreentiende.

Sin embargo, en Podemos no cejan en su petición. En el Consejo Ciudadano Valenciano que celebraron ayer de manera extraordinaria, esta era una de las cuestiones en las que había acuerdo unánime entre todas las familias del partido morado: tener una vicepresidencia en el Consell y tener tres consellerias si Compromís persiste en solicitar una más y mantener las cinco que tiene en la actualidad. Este fue uno de los momentos conflictivos en la última reunión del viernes, cuando la coalición valencianista puso sobre la mesa su demanda. Podemos aseguró que, en ese caso, también ellos tendrían una cartera más.

Si en el Botànic hay algo irrenunciable (asunto que merecería una discusión) para el PSPV son las carteras de Hacienda y Sanidad. En general, el objetivo de los socialistas es conservar las consellerias que ha gestionado en los últimos cuatro años y, si es posible, sumar competencias en Economía y Cultura, que pretende desgajar de Educación.

Hacienda es también el gran objeto de deseo de Compromís, pero los socialistas se agarran al argumento de que han aumentado su ventaja en las elecciones autonómicas para no ceder en este punto.

Hoy se definirá la estructura

La estructura del nuevo Consell debería quedar definida en el encuentro de hoy. Ahora solo se sabe que el número de departamentos se moverá entre diez y quince. La línea roja para el PSPV es poder sumar, como mínimo, el mismo número de consellerias que las que puedan tener en conjunto Compromís y Unides Podem. La fórmula más lógica, en la que más se ha trabajado en los últimos días, sería de seis para los socialistas, cuatro para la coalición de Oltra y dos para los morados. Los socialistas quieren que Presidencia quede al margen, aunque este punto estará dentro del paquete de la negociación. Lo que ha empezado a trascender también de las pretensiones de los distintos partidos es que la vicepresidenta querría mantener alguna cartera con gestión, como ha sucedido hasta ahora, cuando se ocupaba de Inclusión Social e Igualdad. A pesar de lo especulado, no aceptaría limitar su participación en el Consell a una vicepresidencia meramente política, en la línea de lo que ha practicado su misma formación en la Diputación de Valencia.

Sin embargo, el PSPV se está planteando seriamente ofrecer la cartera de Igualdad a Podemos, de tal manera que fueran los morados a quienes les tocara impulsar un nuevo Consell paritario y feminista. La idea encierra ventajas, pero también problemas. La competencia de igualdad ha estado esta legislatura incluida en el departamento de la vicepresidenta.

La igualdad es una competencia con un margen de recursos muy limitado, pero con un amplio abanico de posibilidades sobre todo para la izquierda progresista. Oltra ha trabajado intensamente esta legislatura en el pacto autonómico contra la violencia de género y en diversas políticas a favor del colectivo Lgtbi. Ahora bien, durante su mandato ha tenido conflictos con el movimiento feminista más vinculado al PSPV en cuestiones como la custodia compartida impuesta o la regulación de la ayudas a las víctimas del machismo.

El principal foco de tensión es la custodia compartida. PSPV y Podemos, en cambio, sí firmaron un documento que entre otras cuestiones, rechazaba la custodia compartida impuesta, la maternidad subrogada o la abolición de la prostitución. Son cuestiones no pacíficas en el movimiento e incluso en la izquierda. Compromís lo apoyó pero con una fórmula ambigua porque condicionaban cumplir con las premisas siempre que estuvieran incluidas en su programa electoral.

Presión de Compromís

Uno de los puntos de fricción de la negociación a tres bandas entre socialistas, Compromís y Unidas Podemos para formar el nuevo Consell de la Generalitat está en la presión que la coalición plantea para conocer los nombres de los consellers antes de la sesión de investidura. El miércoles 12 es el día elegido para la investidura de Ximo Puig. Cuatro días después se celebrará el pleno de toma de posesión y un día después se deberían conocer los nombres de los consellers. En la coalición valencianista, y especialmente en el Bloc, quieren tener claros los nombres de los consellers antes de que Puig sea investido.