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El PSPV se mantiene firme pese a la alianza de Soler y Alfaro: apela a la unidad en los congresos

La cúpula de los socialistas guarda silencio sobre los últimos movimientos en la provincia, pero insiste en que lo importante ahora es la cohesión y la lucha contra la crisis del covid

Ximo Puig y Rubén Alfaro, en una reunión en el Palau en octubre del año pasado. | INFORMACIÓN

No ha caído bien entre los sectores más cercanos al actual secretario general del PSPV, Ximo Puig, los puentes que han tendido el diputado nacional Alejandro Soler, miembro de la ejecutiva federal y hasta la caída del ministro José Luis Ábalos cara visible del sanchismo en la provincia, y el alcalde de Elda, Rubén Alfaro, hoy presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y candidato del sector del exsenador Ángel Franco para asumir la secretaria provincial en el último congreso, hace ahora cuatro años, aunque al final fue José Chulvi quien se hizo con el cargo. De puertas hacia fuera, el mutismo fue total y absoluto. Nadie quiso valorar este movimiento. Ahora bien, desde la cúpula del partido sí se mantuvieron firmes en lo que ha venido defendiendo Puig en los últimos tiempos: que es tiempo de unidad, de buscar consensos, y de tender puentes dentro y fuera del partido, y que la prioridad en estos momentos sigue siendo la lucha contra la pandemia, la reactivación económica y el rescate social.

Todo comenzó a precipitarse el lunes, cuando empezó a correr en círculos socialistas la convocatoria de un encuentro lanzada por Soler y Alfaro a los secretarios comarcales de la provincia, con la intención promover una lista encabezada por el alcalde de Elda para el congreso federal que se celebrará en València en octubre. Una cita que se debía desarrollar ayer martes y con la que se aspiraba a romper los bloques que actualmente existen en la provincia, y a la que no se invitaba ni al actual secretario provincial ni a los líderes del resto de familias.

Sin embargo, prácticamente desde el principio los representantes de las zonas controladas por Ángel Franco y por los herederos del pajinismo empezaron a descolgarse. Así ocurrió, por ejemplo, con los secretarios comarcales de l’Alacantí, La Muntanya e incluso la Vega Baja, que, a la sazón, ayer tenía visita de Puig a la zona. A efectos prácticos, eso supone que áreas que en conjunto rebasan el 50% del total de militancia de la provincia se borraron de la reunión. Todo a través de una convocatoria que, con esos puntos de partida, y de facto, hacía saltar por los aires en pleno mes de julio el consenso y la unidad con la que el PSPV aspiraba a llegar a los congresos, y, por tanto, se convertía en todo un pulso a la cúpula de los socialistas valencianos.

De hecho, desde hace unos meses se han intensificado los encuentros entre las diferentes sectores para tratar de tender puentes: el liderado por Ángel Franco, que controla dos de los principales bastiones en la provincia, como son l’Alacantí y buena parte de la Vega Baja; el de los herederos del pajinismo, encabezados por la secretaria autonómica de Cooperación y Calidad Democrática, Toñi Serna, o el alcalde de Alcoy y portavoz socialista en la Diputación, Toni Francés, con presencia en La Muntanya y en municipios como Dénia, Orihuela o Petrer; y el de Alejandro Soler, con una fuerte implantación en Elche, y que agrupa a los que abrazaron la causa del sanchismo antes de que Pedro Sánchez fuera quien es hoy, pero que se ha visto golpeado por la caída de Ábalos. La alianza entre Soler y Alfaro -otrora en el sector franquista- complica ahora, sin embargo, el consenso y la unidad con las otras dos familias, caracterizadas ambas por su proximidad a Ximo Puig.

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