Con el objetivo de estrechar los lazos económicos y sociales entre España y Rumanía, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Ximo Puig, participaron ayer en la primera cumbre hispano-rumana, que se celebró en el auditorio y palacio de congresos de Castellón. La delegación rumana estuvo encabezada por el presidente del país, Nicolae-Ionel Ciuc. Sánchez fue recibido a su llegada por el presidente Puig, acompañado por la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco; el presidente de la Diputación; José Martí; la delegada del Gobierno en la Comunidad, Pilar Bernabé; y la subdelegada del Gobierno en Castellón; Soledad Ten.

Por parte del Gobierno central, al margen de Sánchez, participaron en la cumbre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el ministro de Agricultura, Luis Planas; la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez; y la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Este tipo de encuentros entre España y Rumanía se han estrenado tras más de 140 años de relación diplomática entre ambos países. Las consecuencias de la guerra en Ucrania fueron el eje central del cónclave, en el que también se establecieron diferentes acuerdos en materias como la sanidad, los asuntos exteriores, la agricultura y la cultura, entre otras.

Durante su visita a Castellón, Sánchez también se reunió con la patronal del sector de la cerámica. El presidente del Gobierno expresó ser consciente «de la situación que atraviesa» el sector y anuncio «nuevas medidas que garanticen su futuro».