Quería envejecer mirando al mar, levantarse con los cielos azules y acostarse con la brisa mediterránea de la que tanto le hablaron. Su frase preferida era adecuada: «Nadie envejece en un instante». La vida -decía- es generalmente benévola, da tregua y hace posible que nos adaptemos a nuevas circunstancias y escenarios. Su familia no tuvo que escoger. Ballesol Costa Blanca se ajustaba a los deseos emocionales de un residente, que en la actualidad, disfruta de una etapa de la vida, plena, productiva, creativa y afectiva, en la que convivir y participar en más experiencias junto al resto de residentes es posible. La familia, la independencia, el respeto, son valores que en Ballesol Costa Banca se cuidan al instante, convirtiéndose en parte de una filosofía en la que la persona es el fundamento de cualquier cuidado y atención.
Como este residente, muchos han conseguido envejecer de una manera saludable y activa en Ballesol Costa Blanca. Hay quienes han prolongado su autonomía en apartamentos amplios, con sus propios muebles, «como en casa», pero con la tranquilidad de saber que tienen a su disposición un equipo de profesionales permanentemente.
Los servicios asistenciales de carácter preventivo, médicos, enfermería, rehabilitación, psicólogos, forman parte de un catálogo de atenciones que cuidan el detalle y el deseo diario del residente. Aquellos que han escogido este Centro Residencial para una recuperación post-hospitalaria han mejorado su autonomía, lo mismo que los residentes con necesidades más dependientes o con cuidados para mejorar las capacidades que le posibiliten ejercer las actividades de la vida diaria (AVD) con absoluta seguridad. Todos ellos disfrutan de un bienestar y calidad de vida en un régimen temporal o de alquiler, en apartamentos que se asoman al mar con amplios espacios y a la comodidad y deseo del residente.
La participación social y activa en Ballesol Costa Blanca es otro motivo para asegurar un envejecimiento saludable con actividades como el aquagym, musico-terapia, excursiones al centro histórico, visita a la Ciudad de las Ciencias... sin dejar de contemplar un mar que se asoma como esa brisa rejuvenecedora que acaricia cada día en su paso por Ballesol Costa Blanca.
