Así se desprende del estudio presentado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y titulado 'gripe, algo más que fiebre', en el que también se destaca que, a pesar de las advertencias de los profesionales, sólo entre un 5 y 6 por ciento de los menores sin enfermedades de riesgo son vacunados.

Los menores actúan como los más importantes transmisores del virus de la gripe, por ello las escuelas y guarderías son un importante foco de contagio para los niños. De este modo, aquellos que están en edad escolar tienen entre un "15 y un 20 por ciento" más de riesgo a la hora de padecer la enfermedad, según explicó el presidente del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, Alvaro Bernaola, quien señaló que este es el motivo por el que los expertos aconsejan "la vacunación de todos los niños mayores de seis meses hasta los cinco años". Y es que, en concreto, el estudio destaca que se trata de unos síntomas que afectan al 50 por ciento de los menores que acuden a guarderías, cerca del 35 por ciento de los preescolares y al 30 por ciento de los niños que van al colegio.

"La gripe y el virus respiratorio sincitial constituyen el 45 por ciento del total de ingresos pediátricos en este periodo, aunque la mortalidad es menor que en el adulto. En este sentido, varios estudios han demostrado que se podría detener un brote de gripe si se vacunaran entre el 55 y el 80 por ciento de los escolares", apuntó el experto

Bernaola quiso hacer hincapié en sus recomendaciones porque, explica, a pesar de estas advertencias en España sólo se vacunan entre un 5 y un 6 por ciento de los menores sin enfermedades de riesgo. Y esto lleva a que el 25 por ciento de los menores que son visitados por un médico durante la epidemia de gripe, que comienza todos los años en diciembre, presenta una infección respiratoria, mientras que esa cifra "no supera el 10 por ciento en los adultos", que suelen confundir un catarro de dos días con un cuadro de gripe, a pesar de que esta enfermedad suele durar una semana y no tiene tratamiento.

Sin embargo, explicó que, a pesar de los "bajos" niveles de vacunación contra la gripe que tiene España, tanto entre la población adulta (sólo un 22 por ciento de los adultos se vacunan) como entre los menores en general, los pediatras consideran que los niños de los denominados 'grupos de riesgo', es decir, los que sufren enfermedades respiratorias, problemas cardíacos o dolencias neuromusculares --cerca de uno de cada cinco menores--, están bien protegidos, con un 80 por ciento de cobertura.

VACUNAS A PARTIR DE LOS 50 AÑOS

Respecto a los adultos, los expertos recuerdan que la recomendación de vacunación es para todos, pero afecta en especial a 'grupos de riesgo' como el de los mayores de 65 años, los profesionales de la sanidad y las personas que vivan con otra población de riesgo, como niños, ancianos o enfermos crónicos. Dado que, a pesar de que el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es lograr el 75 por ciento de vacunación para los mayores de 65 años en 2010 y en España sólo alcanzamos el 70 por ciento, los expertos de la AEP y la SEQ estudian recomendar que los adultos se vacunen "a partir de los 50 años de edad", una medida que, además de aumentar la vacunación entre los ancianos, esperan sirva para reducir las cifras de una enfermedad que hace perder a las empresas unos 210 millones de euros al año por baja laboral y 60 millones de horas de trabajo.

Para el doctor Cisterna,, presidente del Grupo de Estudio de la Gripe de la Sociedad Española de Quimioterapia, el 50 por ciento de las bajas laborales son causadas por esta enfermedad y los trabajos realizados hasta el momento en este campo demuestran que la vacunación sería la medida más efectiva para evitar la pérdida "de un 88 por ciento de la productividad".

La OMS calcula la incidencia de la gripe en el mundo entre los 3 y los 5 millones de casos graves, con una mortalidad asociada entre los 250.000 y las 500.000 personas. En España, más del 15 por ciento de los adultos sufre cada año un cuadro de gripe cuyas complicaciones ocasionan entre 3.000 y 6.000 fallecimientos, siendo además una de las principales causas de saturación de las Urgencias hospitalarias durante el invierno.