A pesar de los buenos datos, el número de visitantes no fue tan alto como el registrado en 2007, cuando se superaron todos los récords con más de 1,2 millones de entradas al recinto, según reconoció hoy la dirección del centro de Auschwitz,.

La mayoría de estos visitantes fueron polacos, más de 400.000, seguidos por los británicos, 110.000; estadounidenses, 75.000; alemanes, 60.000, e israelíes, con cerca de 45.000 visitas.

Para el director del museo del campo de concentración, Piotr Cywinski, "la crisis financiera internacional es la causante" de esta ligera bajada en el número de visitas, aunque el aún elevado número evidencia que Auschwitz sigue siendo una parada obligatoria para los turistas que visitan este país centroeuropeo.

Desde la dirección del centro se defiende la importancia de que se mantengan las visitas al campo, lo que consideran una referencia fundamental para que los jóvenes conozcan la historia y aprendan a evitar que se repitan capítulos tan tristes.

El museo de Auschwitz-Birkenau se abrió en 1947 sobre el antiguo campo de concentración, el más grande puesto en marcha por la maquinaria de muerte nazi, donde entre 1940 y 1945 fueron asesinados 1,1 millones de personas, de ellos un 90 por ciento judíos.

El campo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, pasando a ser uno de los principales símbolos del Holocausto en todo el mundo.