Así lo asegura hoy el diario italiano "Il Foglio", que anticipa algunos párrafos de la supuesta carta, que, precisa, dará a coniocer en fechas próximas El Vaticano, aunque un reconocido vaticanista italiano afirmó que será publicada mañana.

Según el diario, se trata de una carta "humilde y al mismo tiempo fuerte", con la que Benedicto XVI ha decidido explicar personalmente al episcopado católico su decisión de readmitir a los cuatro obispos "lefebvrianos".

Uno de esos obispos es Richard Williamson, que ha negado el holocausto judío, y puesto en pie de guerra a la comunidad judía internacional y obligado al Papa a pedirle que se retracte públicamente para que pueda ejercer su labor.

La carta, asegura el diario, está escrita a mano por el Pontífice y en la misma dice que lo ha hecho para propiciar la unidad de los cristianos.

No obstante, subraya que se trata de un gesto particular hacia los cuatro obispos, que no supone el reconocimiento canónico de la Fraternidad San Pío X, fundada por el arzobispo cismático ya fallecido Marcel Lefebvre, a la que pertenecen los cuatro prelados.

Benedicto XVI reconoce, según "Il Foglio", dos "equivocaciones" en la gestión del caso.

La primera que la Santa Sede "no se dio cuenta" de que a través de internet se podían conocer las declaraciones negacionistas de la Shoah del obispo Williamson, "que se han superpuesto de manera imprevisible" a la rehabilitación de los prelados, causando un cortocircuito mediático que alteró todo el caso", escribe el diario conservador.

La segunda "equivocación" que según el periódico "reconoce" el Papa es la gestión de la revocación de las excomuniones, "que no fueron suficiente y claramente ilustradas".

"Benedicto XVI explica que las revocaciones son personales, sólo afecta a los cuatro prelados y no implica el reconocimiento de la Fraternidad San Pío X, al que se llegará tras la aceptación del Concilio Vaticano II y del magisterio postconciliar de los Papas", dice "Il Foglio".

El Pontífice también anuncia en la carta, siempre según las fuentes, que la Pontificia Comisión Ecclesia Die, encargada de las relaciones con los "lefebvrianos", que preside el cardenal colombiano Dario Castrillón Hoyos y al que muchos apuntan como el "culpable" de la "mala gestión" del caso, pasará a depender de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Así -precisa- en las decisiones que se tomen con los conservadores participarán prefectos de otras congregaciones (cardenales) y representantes del episcopado mundial.

El Obispo de Roma afirma en la carta que los "lefebvrianos" no pueden pretender "congelar" la autoridad magistral de la Iglesia hasta el año 1962 (precio al Concilio Vaticano II), pero también advierte "a los que se proclaman grandes defensores del Vaticano II que tienen que entender que el concilio lleva consigo toda la historia doctrinal de la Iglesia".

Benedicto XVI afirma en su carta que ha querido hacer con su acción rehabilitadora lo que tiene que hacer un Papa, que es propiciar la unidad de los cristianos.