Benedicto XVI advirtió hoy de los "abusos" de una ciencia "sin límites" y aseguró que cuando se elimina toda referencia a Dios se puede llegar al totalitarismo político y que por ello la universidad es la que preserva de esa visión reduccionista y sesgada del ser humano.

El pontífice hizo estas manifestaciones ante 1.200 jóvenes profesores universitarios con los que se reunió en la basílica del Monasterio de El Escorial, en su segundo día de estancia en España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

La segunda jornada del Papa en España llega después de que la Puerta del Sol haya vivido la pasada noche una nueva jornada de tensión a consecuencia de la convocatoria de una concentración laica contra la aportación de fondos públicos a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y contra la dura intervención policial en la manifestación del miércoles.

El Obispo de Roma, en un marcado discurso académico en el que volvió a defender que se puede llegar a Dios a través de la razón, dijo que los jóvenes necesitan puntos de referencia a los que anclarse en la sociedad.

"Pero, ¿dónde encontrarán los jóvenes esos puntos de referencia en una sociedad quebradiza e inestable?", se preguntó el papa, que señaló que muchos piensan que la misión de un profesor universitario es exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento.

"Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder", denunció el pontífice.

Ratzinger agregó que la universidad encarna un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, "ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor".

El papa exhortó a los profesores a no perder nunca la "sensibilidad e ilusión" por la verdad, a no olvidar que la enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes.

Al acto asistió el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y durante el mismo cantó la famosa Escolanía de El Escorial.

Poco antes, el Papa se reunió con 1.664 religiosas, menores de 35 años. El pontífice afirmó que era una "gozo" poder reunirse con las monjas, muchas de ellas de vida consagrada y otras dedicadas al cuidado de enfermos y a la educación, y dijo que la elección de consagrarse a Cristo cobra gran relevancia en la actualidad.

"En la sociedad actual se constata una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza", señaló el pontífice.

El Obispo de Roma agregó que frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esa radicalidad, "que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado".

El papa subrayó que la "radicalidad evangélica" (consagrarse a Dios) se expresa en las diferentes misiones que ha confiado a las monjas, desde la vida contemplativa, a la educación de niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y ancianos, el acompañamiento de las familias, el compromiso a favor de la vida, el testimonio de la verdad, el anuncio de la paz y la caridad, la labor misionera y la nueva evangelización, y tantos otros campos del apostolado eclesial.

El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que le dio la bienvenida a El Escorial, el monasterio mandado construir por Felipe II, dijo que la labor de las monjas es "impagable" y que se puede contar con ellas "para el gran e ilusionante empeño de la nueva evangelización de los jóvenes del mundo".

Antes de llegar a El Escorial, Benedicto XVI ha sido recibido en Zarzuela por la Familia Real. Don Juan Carlos y Benedicto XVI han compartido hoy en el Palacio de la Zarzuela su preocupación por los problemas de la juventud actual y han coincidido en la necesidad de encontrar salidas a la insatisfacción que muestran los jóvenes, según han explicado fuentes de la Casa del Rey.

El papa y el rey se han reunido a solas durante algo más de veinte minutos en el despacho del monarca, donde han mantenido una conversación presidida por un ambiente de "gran cordialidad", en la que el pontífice ha agradecido a los jóvenes y al conjunto de la población española, así como a sus autoridades, el apoyo recibido para la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).