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Streamer, la profesión a la que sí le vino bien el confinamiento

Joaquín “Quiinooxx” Alejos dejó un trabajo estable para lanzar su carrera como creador de contenidos online y fundar una empresa relacionada con los videojuegos

Joaquín Aejos, "Quiinooxx", en su casa.

Si la vida te da limones, haz limonada. Y si una pandemia te deja todo un año encerrado en casa, hazte streamer. Pocos sectores pueden decir que hayan experimentado un crecimiento tan grande este último año como el de la creación de contenidos online en directo. Mientras países enteros se cobijaban en el interior de sus hogares tratando de esquivar los efectos del coronavirus, los streamers entraban en ellos a través de sus móviles, ordenadores y tabletas. Una nueva generación que en poco tiempo le ha dado el ‘sorpaso’ a los youtubers y que ha conquistado a millones de jóvenes en todo el planeta. El oficio de moda en esta segunda década del siglo XXI en el que cada creador se coloca a diario frente a su webcam para compartir en directo con sus espectadores lo que le apetezca, desde una partida de un videojuego a una charla informal.

Todo ello con la ayuda de Twitch, la plataforma propiedad de Amazon que les permite convertir esas retransmisiones en dinero contante y sonante. Porque los seguidores más fieles de cada streamer le suelen obsequiar con suscripciones, todas ellas altruistas, de las que el creador se lleva una cantidad algo superior a los tres euros. Así, si un creador ronda los 250 suscriptores, se acerca a los ingresos de mileurista entre suscripciones, donaciones y la publicidad que inserta la propia plataforma en el canal.

Dentro del bufé libre que uno puede encontrarse en Twitch, está el canal del vigués Joaquín Alejos. Este joven de 28 años, conocido por sus seguidores como QuiinooxX, aprovechó el estallido de la crisis del COVID-19 para pulsar el botón de reinicio de su vida. Dejó su empleo estable en El Corte Inglés y saltó al mundo de los videojuegos y de las retransmisiones en directo. Hacía un tiempo que ya había inaugurado su espacio en Twitch, pero con la crisis sanitaria y una mayor dedicación todo entró en efervescencia. “Lo que para casi todos los sectores fue malo, para mí fue buenísimo. Suena mal, pero me ha beneficiado el confinamiento”, admite Joaquín, consciente del hecho de que la gente se quedase en casa le brindó mucho más público.

"Si me dan a elegir, que le den al COVID, pero laboralmente ha sido un filón”

Joaquín Alejos "Quiinooxx" - Streamer

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Joaquín Alejos "Quiinooxx" en el estudio que se montó en su casa . GONZALO NÚÑEZ

Ahora, casi nueve meses después, ronda los 400 suscriptores y es copropietario de una empresa de videojuegos. Se ha comprado un ordenador de 30.000 euros, se ha mudado a Moaña donde comparte vivienda con sus socios y cada noche se sienta delante de su pantalla para retransmitir sus partidas. “Cuando empecé, antes de dar el salto, hablaba yo solo delante de la pantalla. Era divertido porque me servía para desconectar del día a día, pero a los pocos empezó a aparecer gente y la bola de nieve se fue haciendo más grande hasta formar a toda una comunidad que me sigue.

Aún recuerda con cariño aquellas peripecias que hacía antes de marcharse a Moaña. Vivía en Nigrán, en casa de sus abuelos, donde no llegaba ni la conexión ADSL. Con los datos móviles que le proporcionaban tres tarjetas de telefonía consiguió retransmitir sus primeros directos y también entrar en contacto con Breixo “Breif” Fernández y Andoni “Fix” Lorenzo, sus actuales socios. “Nos pasábamos el día jugando juntos pero cada uno desde su casa, así que nos dijimos, ¿por qué no hacerlo desde el mismo sitio, crear contenidos juntos y crear una marca?”, se preguntaron. Y así fue. Justo antes del primer confinamiento encontraron una casa en Moaña y desde allí dieron forma a El Origen Company.

Joaquín Alejos "Quiinooxx", Streamer. GONZALO NÚÑEZ

La fundación de esta empresa ha transformado la visión de Quiinooxx. Ahora es un streamer, pero también un emprendedor:

“La idea no era fundar una compañía. Nosotros éramos jugadores de GTA Roleplay y un día se nos ocurrió montar nuestro propio servidor. Hablamos con proveedores, programadores y empezamos. Fue un éxito muy rápido”.

Joaquín Alejos "Quiinooxx" - Streamer

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El GTA Roleplay es un juego online desarrollado por Rockstar en el que los jugadores se meten en la piel de un avatar y simulan una segunda vida. Prácticamente todo lo que se puede hacer en el mundo real se puede trasladar al videojuego. Sus usuarios se emocionan, ríen, lloran y conocen a gente nueva. “Hay quien hasta tiene pareja ahí dentro o un trabajo”, explica Alejos. El juego no tiene un objetivo. No se gana ni se pierde. Solo se busca escapar de la realidad en un entorno que solo existe en los ordenadores y las consolas. Para organizarse, los jugadores se agrupan en servidores, desde donde se comunican y acceden a un mismo espacio virtual regido por unas normas.

Y estos servidores es lo que proporcionan Joaquín Alejos y sus socios de El Origen Company: “El día de la apertura de nuestro primer servidor fue el 15 de junio y en él ya hay más de 10.000 personas”. Los buenos resultados los animaron a crear otro, en el que incluso hacía falta superar una entrevista para acceder, y ahí ya son más de 9.000 usuarios. El tercer servidor está en camino con más de 3.000 jugadores apuntados. Se han convertido en la comunidad más grande de habla hispana de GTA Roleplay.

Pero, ¿dónde esta el negocio? La gente no tiene que pagar por unirse a un servidor, pero pueden hacer -y hacen- donaciones altruistas. También llega dinero a través de la publicidad y los patrocinadores, sobre todo de marcas vinculadas al sector de los videojuegos. “No vamos a revelar nuestros datos de facturación, pero podemos asegurar que nos va bien. El apoyo de la gente nos impulsa a seguir invirtiendo lo que ganamos en la marca y dentro de poco expandir nuestro modelo a otros videojuegos”.

Las responsabilidades como empresario no han mermado el interés de Quiinooxx por ser streamer. A día de hoy compagina ambas profesiones y reconoce que sus directos a través de Twitch suponen su mayor fuente de ingresos. Delante de la cámara Joaquín sabe que no es un showman de la talla de Ibai, por ejemplo, pero conecta muy bien con su audiencia al estar siempre pendiente de los comentarios que le hacen en el chat en directo: “Hago las retransmisiones para la gente que me ve. A veces estoy más pendiente de ellos que del propio juego”. “Sinceramente me veo con más recorrido en mi carrera como emprendedor. Me gustaría que fuese como creador de contenidos, pero a día de hoy crecer en Twitch es muy difícil. Mi canal evoluciona, pero no al ritmo del de los grandes titanes de la plataforma. Ahora parece que el que no tiene 70.000 espectadores no es nadie, cuando hace dos años tener a 100 era una pasada”, detalla el vigués.

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