Después de 15 meses de parón, los cruceros vuelven al Puerto de Málaga y, por ende, a la península ibérica. El ‘Mein Schiff 2’ de la naviera alemana Tui, procedente de Canarias, ha atracado temprano en el puerto, en torno a las seis de la mañana, para hacer una escala en la capital antes de poner rumbo a Mallorca esta tarde.

El puerto de Málaga se convierte así en el primero de todo el territorio peninsular a la que llega un crucero internacional desde que el confinamiento y las restricciones a la movilidad provocadas por la Covid-19 paralizaran este sector turístico en marzo de 2020.

No obstante, la situación sanitaria obliga a mantener una actividad muy controlada de los desplazamientos e interacciones de los 1.200 pasajeros que, desde las 8:30 de la mañana están abandonando el barco de forma escalonada para visitar la provincia.

Más de una treintena de autobuses de Tui y otras compañías estarán recogiendo a lo largo del día a los turistas alemanes, organizados en grupos burbuja y acompañados por uno de los más de 40 guías turísticos encargados de encabezar las excursiones.

Los destinos son variados y cada autobús tiene un itinerario diferente. Algunos visitantes harán una ruta cultural por la capital malagueña, otros visitarán Puerto Banús en Marbella o el Caminito del Rey.

El objetivo es reducir al máximo la interacción con la población local y mantener definidos los grupos sociales para minimizar el riesgo de contagio.

Esta operación se ha entendido como el inicio de la recuperación económica de un sector que en 2019 trajo a más de 477.000 pasajeros a Málaga en 288 buques.

Y aunque la actividad se ha retomado, los cruceros deben mantener unas estrictas normas de seguridad, entre ellas, una reducción de entre un 60% y un 70% de la capacidad de los buques, la obligatoriedad de que los cruceristas cuenten con una PCR negativa y hasta tres pruebas serológicas negativas en el caso de la tripulación, además de realizar un periodo de aislamiento preventivo.