En el año 1977 fueron lanzadas al espacio las sondas espaciales Voyager en una misión que se prevé sea completada en nada menos que 40.000 años, tiempo calculado que tardarán en llegar a la estrella más próxima a nuestro sistema solar.

En su interior se incluyeron sendos discos fonográficos bautizados popularmente como "The Golden Record", acompañados de una aguja e instrucciones de reproducción. Estos discos de cobre bañado en oro, con un diámetro de 30 centímetros, fueron creados e introducidos como "pasajeros" de estas naves con información sobre nuestra vida, ante la remota posibilidad de que una civilización extraterrestre que viaje por el espacio interestelar los pudiera encontrar.

La portada del disco es de aluminio y está galvanizada sobre ella una muestra ultrapura del isótopo uranio-238, que tiene una vida media de 4.468 millones de años.

Los discos, que se titulan "The Sounds of Earth" ("Los sonidos de la Tierra"), contienen sonidos e imágenes que reflejan cómo es el ser humano y el planeta que habitamos. Este material fue seleccionado por la NASA, asesorada por un comité presidido por el conocido astrofísico y cosmólogo Carl Sagan, quien definió la iniciativa como lanzar una "botella dentro del océano cósmico".

En esta publicación de la NASA en Twitter se puede ver el momento en que se inserta el disco en la nave espacial:

Qué encontrarían los alienígenas en los discos de oro

Aunque las probabilidades de que las posibles formas de vida extraterrestre encontrasen las naves Voyager son más que remotas (con el tiempo dejarán de emitir radiación electromagnética), luego tendrían que ser capaces de interpretar y entender los mensajes contenidos en los discos. El año pasado todavía se recibía señal de una de las naves:

La primera pista de audio incluye un saludo en inglés de la Secretaría General de la ONU, mientras que la segunda contiene saludos en 55 idiomas. El mensaje en español, que ocupa el decimotercer lugar, dice asépticamente: "Hola y saludos a todos".

Más "salero" tiene el saludo en mandarín, que viene a decir: "¿Cómo están todos? Deseamos mucho conocerles, si tienen tiempo vengan a visitarnos, por favor". No se queda atrás el dialecto amoy: "Amigos del espacio, ¿cómo están ustedes? ¿Han comido ya? Vengan a visitarnos, si tienen tiempo".

La tercera sección de audio incluye un "saludo" de ballenas, además de otros cuatro idiomas adicionales, entre los que figura el esperanto, con el que se transmite que "Nos esforzamos por vivir en paz con los pueblos de todo el mundo, de todo el cosmos".

¿Quieres escuchar todos los saludos? Aquí tienes la grabación.

Hace dos años la NASA publicó este tuit: "Hace casi 30 años, nuestra nave espacial Voyager 1 tomó el primer retrato familiar de nuestro sistema solar, incluida la imagen de la Tierra como un pequeño punto de luz, conocido como el "Punto azul pálido". Tómese un momento para apreciar el único hogar que hemos conocido: https://go.nasa.gov/2N8xACh".

Una vez acabadas las "presentaciones", los extraterrestres podrían escuchar sonidos terrícolas como los del viento, la lluvia o el mar; los de animales como la rana, el grillo, aves, hienas, elefantes, lobos o chimpancés; pisadas, latidos del corazón y risas humanas; y de vehículos como el tren, el coche o el autobús, entre otros muchos, como el sonido de un beso o las primeras palabras de una madre a su hijo recién nacido.

También hay una grabación de una hora de duración con las ondas cerebrales de Ann Druyan, esposa de Carl Sagan, quien durante ese tiempo repasó mentalmente la historia de la Humanidad y también se recreó en emociones como el enamoramiento, con el fin de que si los aliens fuesen capaces de "leer" sus pensamientos conocieran mejor cómo es el ser humano.

El apartado sonoro se completa con una variada selección musical con canciones y composiciones de diferentes culturas. Johann Sebastian Bach es el artista más representado, con tres apariciones, mientras que, como curiosidad, la discográfica EMI se opuso a la inclusión del tema "Here Comes The Sun" de los Beatles, a pesar de que ellos no pusieron pega alguna.

Al igual que en Eurovisión, España no fue tenida en cuenta, ya que no hay ni un solo tema patrio entre los 90 minutos musicales del disco.

En cambio, sí tiene presencia nuestro país entre las 115 imágenes incluidas para mostrar los extraterrestres cómo es la vida en la Tierra. Lo hace a través de la portada del libro "Cocinando pescado. Cocina de España y Portugal", de la editorial Time-Life.